'La Ventana de la Memoria': Premio Ondas a un programa que escucha el dolor y la resiliencia de las víctimas del terrorismo
Desde sus inicios en 2018, ‘La Ventana de la Memoria’ de Cadena SER Euskadi ha dado voz y dignidad a quienes vivieron en silencio, un testimonio emotivo que ahora es reconocido con el Premio Ondas
'La ventana de la memoria' de Cadena SER Euskadi: un reconocimiento a las víctimas del terrorismo
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Bilbao
La historia de La Ventana de la Memoria, el programa de Cadena SER Euskadi galardonado con el Premio Ondas, es un relato de escucha, empatía y memoria, en el que se han compartido las experiencias de quienes han sido víctimas del terrorismo. Este programa, que ha sido un referente en el tratamiento de la memoria histórica del País Vasco, nació como respuesta a la necesidad de dar voz a aquellos que, durante años, vivieron en el silencio y el olvido.
El origen del programa: un impulso de empatía
Todo comenzó un 4 de mayo de 2018. En ese día, el programa Hoy por Hoy con Pepa Bueno transmitió desde la sede de GOGORA, el centro de la memoria del País Vasco, para conmemorar la disolución de ETA. En ese programa, los testimonios de un empresario amenazado, la hija de un asesinado y un periodista exiliado conmocionaron a los oyentes. Después de esa emisión, Begoña Marañón, directora de SER Euskadi, y quien escribe estas líneas, se hicieron una pregunta crucial: “¿Qué va a pasar ahora con ellos? ¿No les vamos a volver a hacer caso?”. Fue entonces cuando surgió la idea de crear La Ventana de la Memoria, un espacio de reflexión y testimonio en el que las víctimas pudieran contar sus historias, reabriendo heridas pero con el fin de evitar que el olvido ganara la partida.
El primer paso hacia la memoria colectiva
El primer episodio de La Ventana de la Memoria se emitió en junio de 2018, apenas un mes después de aquella conversación. Desde entonces, ha sido un espacio en el que las voces de las víctimas del terrorismo han ocupado un lugar central. En cada emisión, personas como Dori Monasterio, que durante años ocultó su pasado por miedo a las represalias, o Nerea Barrios, hija de un hombre asesinado por ETA y víctima de las mentiras difundidas sobre su padre, han compartido sus vivencias con la audiencia.
Monasterio, que pasó años callada, relató en el programa cómo tuvo que esconder la identidad de su marido, asesinado por ETA, porque la sociedad la estigmatizaba. De igual forma, Barrios explicó cómo, después de mucho tiempo, decidió hablar para limpiar la memoria de su padre y, con ello, devolverle su dignidad. Testimonios como los de ellas han sido esenciales para que el programa se consolidara como un referente para la memoria histórica de las víctimas del terrorismo.
Un espacio de reconciliación y de justicia
El programa no solo ha contado las historias de las víctimas de ETA. También ha dado voz a quienes han sufrido la violencia de otros grupos, como los GAL o el yihadismo, con figuras como Maite Cabezas, del GRAPO, o Maggie Álvarez, víctima del terrorismo islámico. A lo largo de los años, La Ventana de la Memoria ha ofrecido un espacio para la reflexión sobre la justicia, la reparación y la dignidad de todas las víctimas, sin distinciones ideológicas.
El programa ha abordado también temas espinosos como el reconocimiento de las víctimas de los GAL. Por ejemplo, Juan Carlos García Goena, quien perdió a su hermano en uno de los atentados de los GAL, ha denunciado la falta de reconocimiento institucional por parte de los partidos políticos, especialmente del PSOE. La complejidad de estas historias y la necesidad de un reconocimiento honesto y sincero para sanar las heridas del pasado ha sido un tema recurrente en las emisiones de La Ventana de la Memoria.
Un programa que va más allá de la memoria histórica
Más allá de ser un programa de testimonios, La Ventana de la Memoria ha sido un espacio donde se ha buscado construir una memoria colectiva, que no se limite a las trincheras ideológicas. En cada emisión, se ha intentado comprender el dolor de todas las víctimas, sea cual fuere el grupo responsable del terrorismo que padecieron.
En este sentido, el programa ha sido también un ejercicio de empatía hacia aquellos que, aunque no fueron víctimas directas de ETA, sí sufrieron las consecuencias de su violencia. La figura de María San Gil, quien perdió a su amigo Gregorio Ordóñez en un atentado de ETA, es solo un ejemplo de cómo la memoria de las víctimas del terrorismo sigue viva en el testimonio de quienes continúan luchando por la dignidad de los asesinados.
Un premio a la memoria y al compromiso
El Premio Ondas recibido por La Ventana de la Memoria es un merecido reconocimiento a un programa que ha dado voz a los que no siempre la han tenido. Este galardón resalta no solo la importancia de la memoria histórica, sino también el compromiso de Cadena SER Euskadi con la verdad, la justicia y el reconocimiento de las víctimas. A lo largo de los años, La Ventana de la Memoria ha logrado que muchos escuchen lo que muchos no querían oír: la historia de un sufrimiento que, aunque no olvidado, sigue pidiendo justicia.
El programa continúa siendo un faro de esperanza para quienes buscan recuperar su dignidad y su memoria en una sociedad que, a pesar de haber superado el terror, sigue debatiéndose entre el olvido y la verdad.
La ventana de la memoria
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