La aplicación de la Big Data y la Inteligencia Artificial mejoran el diagnóstico y tratamiento del glaucoma en la OSI Araba
Conocemos el proyecto Catalys que, usando diversas tecnología, mejoran el tratamiento de una enfermedad que afecta al 8% de los mayores de 50 años en el territorio
La IA aplicada a detectar el glaucoma.
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La inteligencia artificial y el Big Data están cambiando la forma en que se gestionan y tratan diversas enfermedades. En el ámbito de la oftalmología, un avance pionero está mejorando la atención a los pacientes, especialmente en el diagnóstico y tratamiento del glaucoma, una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo. La OSI Araba, en colaboración con la Universidad de Deusto, está liderando un proyecto que utiliza la IA para optimizar la gestión de datos de los y las pacientes y hacer más eficiente la atención a los pacientes.
Telemedicina de glaucoma
El glaucoma es una enfermedad neurodegenerativa que daña el nervio óptico y, si no se detecta a tiempo, puede llevar a la pérdida irreversible de la visión. Según explica Aritz González, jefe de Oftalmología de la OSI Araba, el glaucoma afecta al 2% de la población mundial y su prevalencia aumenta significativamente en personas mayores de 50 años donde sube hasta el 8%. "Es una enfermedad silenciosa que no presenta síntomas en sus primeras fases, lo que hace que su detección temprana sea clave para evitar daños graves", explica Aritz.
Con el objetivo de mejorar la atención y reducir los tiempos de espera, el equipo de la OSI Araba implementó en 2020 un sistema de telemedicina para el seguimiento del glaucoma, utilizando Big Data y IA. "La telemedicina de glaucoma permite realizar todas las pruebas necesarias en un solo día, y el médico puede revisar los resultados de manera diferida, lo que evita que el paciente tenga que acudir varias veces a la consulta", detalla Aritz.
Este sistema no solo ha logrado una atención más eficiente, sino que también ha sido muy bien recibido por los pacientes. "Los pacientes jóvenes, especialmente aquellos que tienen trabajos que les impiden perder tiempo, valoran mucho la eficiencia del sistema", comenta Aritz. Desde su implementación, la telemedicina ha atendido a casi 4.000 pacientes, mejorando la experiencia del usuario y optimizando los recursos del sistema de salud.
La IA, un paso más
El siguiente paso en este proceso es la integración de la IA para mejorar la precisión y rapidez del diagnóstico. Erik Rodríguez, Innovation manager en Deusto Seidor y colaborador en el proyecto Cataly, explica cómo se utilizan los datos recogidos en las consultas para entrenar modelos de aprendizaje automático. "La IA aprende a identificar patrones en las imágenes de la retina y en los datos clínicos, lo que permite predecir el estadio del glaucoma y ayudar al médico a decidir el tratamiento adecuado", señala.
Los algoritmos de IA no reemplazan al médico, sino que actúan como un apoyo en el diagnóstico. "El médico sigue supervisando el proceso, pero la IA puede hacer predicciones basadas en grandes volúmenes de datos, lo que ayuda a tomar decisiones más informadas", asegura Rodríguez. De hecho, los modelos ya han demostrado ser capaces de identificar con alta precisión los estadios del glaucoma y prever el seguimiento que cada paciente necesita, ya sea un control más frecuente o una derivación a cirugía.
Salto cuántico
Aunque la IA ya está demostrando su efectividad, los investigadores no se detienen ahí. La siguiente frontera en este campo es la computación cuántica, que podría llevar la eficiencia del sistema a un nivel completamente nuevo. "La computación cuántica nos permitirá procesar enormes volúmenes de datos de manera mucho más rápida y precisa", explica Erik. "Además de reducir los tiempos de análisis, podemos identificar patrones mucho más complejos en las imágenes y datos clínicos que antes no éramos capaces de detectar".
El uso de computación cuántica en oftalmología está en sus etapas iniciales, pero el potencial es enorme. Según Erik Rodríguez, esta tecnología podría mejorar la predicción de la evolución de enfermedades como el glaucoma, optimizando el tratamiento y aumentando la precisión en el diagnóstico.
Retos y perspectivas de futuro
Aunque el avance es prometedor, también existen desafíos que superar. Aritz señala que los algoritmos deben ser validados en entornos médicos más amplios antes de ser utilizados a gran escala. "Es necesario realizar un proceso de homologación que garantice la seguridad y fiabilidad de estos sistemas", explica. En este sentido, el proyecto de IA en glaucoma está en una fase de validación, pero ya se están obteniendo resultados satisfactorios.
A largo plazo, el objetivo podría pasar por extender esta tecnología a otros hospitales y especialidades, mejorando no solo el diagnóstico del glaucoma, sino también otras áreas de la oftalmología y la medicina en general. "La integración de la IA en el sistema de salud tiene el potencial de transformar la forma en que tratamos a los pacientes, haciendo el sistema más eficiente y personalizado", concluye Aritz.