Jon Ojanguren: "Bermeo se volverá a inundar si llueve como llovió en el año 1983"
La ciudad, marcada por inundaciones históricas, lucha contra la vulnerabilidad de su ubicación y la falta de planificación urbanística
Bermeo | ¿Cómo puede afectar al municipio una nueva inundación como la de 1983?
Bilbao
Bermeo, uno de los municipios más afectados por las inundaciones de 1983 en Bizkaia, "sigue siendo vulnerable" ante este tipo de fenómenos extremos agravados por el cambio climático. Su orografía y la distribución de las edificaciones, especialmente en el casco histórico, lo convierten en un punto crítico ante lluvias torrenciales. Según Jon Ojanguren, coordinador de Protección Civil de Bermeo, la mitad del pueblo se encuentra en una zona de alto riesgo. "Cuando el túnel bajo el Casco Viejo se llena, hay que evacuar a toda la población. Dos metros de altura son suficientes para desencadenar una emergencia", advierte.
La falta de planificación urbanística con criterios hidrológicos ha agravado la situación. "El agua que llega al río no tiene salida porque se ha construido sobre el propio cauce", explica Ojanguren. Ante este escenario, las soluciones a largo plazo, como reconfigurar la urbanización, parecen inviables. Por ello, Bermeo se centra en la prevención y la coordinación. "Tenemos un plan de emergencia que incluye el uso de megafonía y la colaboración de la Policía Municipal para informar a la ciudadanía", señala Ojanguren que además ponía como ejemplo fallido la comunicación por redes sociales de los ayuntamientos de Erandio, Zamudio y Derio este pasado fin de semana ante la rotura de una tubería de la red primaria de agua.
Basque Centre For Climate Change - Klima Aldaketa Ikergai
Marta Olazabal, experta en adaptación al cambio climático del BC3, subraya la necesidad de adaptarse a eventos climáticos extremos cada vez más frecuentes e impredecibles. "Debemos estar preparados para hacer frente a lluvias torrenciales y otros impactos que pueden ocurrir en cualquier momento", afirma.
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En definitiva, Bermeo se enfrenta a un desafío mayúsculo para garantizar la seguridad de sus habitantes ante el aumento de fenómenos meteorológicos extremos. La coordinación entre instituciones, la inversión en sistemas de alerta temprana y la concienciación ciudadana son claves para mitigar los riesgos y construir un futuro más resiliente.