Brais Méndez despierta a tiempo de la pesadilla de Cuenca
Un gol del gallego tras el tiempo reglamentario permite a la Real Sicuedad clasificarse en La Fuensanta con muchos apuros contra un buen Conquense que plantó mucha batalla (1-0).
Cuenca
En la recuperación, como el mal estudiante que no es capaz de sacar buenas notas durante el curso regular. Así sacó adelante la Real Sociedad el examen de La Fuensanta contra un Conquense de Segunda RFEF, pero que no lo pareció en ningún momento, porque hizo un trabajo sobresaliente y plantó más que mucha batalla a todo un equipo de Primera división con cartel europeo. Tuvo que aparecer Brais Méndez al comienzo de la prórroga para marcar el gol de la victoria para los txuri-urdin y evitar así el desastre en lo que todo parecía que se iba a convertir en toda una pesadilla en Cuenca. Porque el Conquense, que forzó la prórroga con mucho esfuerzo y de manera muy digna, tuvo incluso, la posibilidad de llevar la eliminatoria a los penaltis en el último minutos del partido con un remate de José Álvarez que detuvo con ciertos apuros Unai Marrero. La Real pasa con sudor y un buen susto en el cuerpo a dieciseisavos de la Copa, necesitando del tiempo extra y de sus mejores jugadores. El Conquense cae con todo el honor el mundo, el que buscó con ahínco todo el partido, y con la sensación de que la noche histórica de La Fuensanta podía haber terminado mucho mejor.
A pesar de los cambios, más o menos esperados, y con un equipo repleto de jugadores con pocos minutos hasta el momento, la Real Sociedad quiso salir a mandar el partido y llevar la alternativa para evitar cualquier susto como el que en esta ronda copera se está llevando más de un equipo de Primera. Los donostiarras monopolizaron el balón en todo momento, haciendo valer su diferencia evidente de categoría, pero les faltaba profundidad y ocasiones claras de gol, porque el trabajo defensivo del Conquense fue tan solidario como efectivo. Salvo un disparo al palo de Pablo Marín, el jugador más activo y más lúcido del ataque realista, lo demás fue demasiado plano. Mucho ruido y pocas nueces de una Real que se atascaba cada vez más según pasaban los minutos.
Y con la incertidumbre del resultado, logrando su objetivo de hacer el partido largo y que el equipo de Primera no lo rompiera demasiado pronto, el Conquense empezó a estirarse un poco y a tener también sus opciones, como un mano a mano de Antonio Fernández o el disparo de Olivares que se fue al lateral de la red. Imanol tuvo que tirar de la artillería pesada con la entrada de Barrenetxea, Oyarzabal, Sergio Gomez y Brais Méndez. Porque el plan B no terminaba de salir y era incapaz de batir a un ordenado y trabajador Conquense. Sadiq se ofuscaba continuamente al chocar una y otra vez con la defensa del equipo local, y su desesperación iba en aumento. Y ya la imaginación de Pablo Marín era insufrible.
Con la salida al campo de los teóricos titulares, la Real dio un paso adelante definitivamente, y ya encerró al Conquense en su campo. Pero sólo llevaba cierto peligro con centro laterales al área, bien en jugada o bien a balón parado, especialmente en las botas de Sergio por la izquierda o Barrene por ls derecha. Pero seguía faltando el remate final y las ocasiones claras no llegaban. El equipo manchego se multiplicaba para despejar cada balón que llegaba o para abortar cualquier jugada hilvanada por las bandas. Así fue como consiguió llevar el partido a la prórroga con un trabajo muy meritorio y con un gran esfuerzo. El objetivo estaba cumplido, porque le estaba metiendo en un buen problema a todo un equipo europeo de Primera como la Real, que tenía que hacer un sobre esfuerzo con treinta minutos más que de poco le ayudan en su cargado calendario.
Pero cuando no haces los deberes a tiempo, tienes que ir a la recuperación. Y eso le pasó a la Real en La Fuensanta, que disfrutaba viendo cómo su Conquense plantaba cara de manera más que digna a un Primera división la primera que se enfrentaba en partido oficial a uno de los equipos de la élite de nuestro futbol. Pero nada más empezar la prórroga, Brais Méndez se encargó de poner las cosas en su sitio y llevar la lógica al marcador. Buena combinación por la izquierda con Sergio Gómez, que le devolvía la pelota dentro del área y el gallego con toque sutil alojaba la pelota dentro de la portería del Conquense entre una maraña de piernas. El gol tranquilizaba a la Real, que ya encontraba más espacios en el área del Conquense con remates del capitán Oyarzabal y con buenos minutos del ‘potrillo’ Mariezkurrena. Pero en la segunda parte de la prórroga todo volvió a igualarse y el Conquense rozó el empate y los penaltis en la última jugada del partido. La Real sigue adelante en la Copa, pero se llevó un buen susto en Cuenca. Brais Méndez evitó a tiempo el desastre y le despertó de la pesadilla.
Roberto Ramajo
Entro en el grupo en 2002 como redactor de prácticas. En 2005 se incorporó a la redacción en Gipuzkoa...