Un empate que no frena la dinámica: el análisis del 0-0 de la Real contra Las Palmas
El equipo txuri-urdin cuajó un buen partido ante un notable conjunto canario que le puso en muchas dificultades. Partido entretenido a pesar de la ausencia de goles en el Reale Arena.
Análisis del empate de la Real contra Las Palmas.
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San Sebastián
La Real Sociedad y Las Palmas se repartieron los puntos en el Reale Arena en un partido que no tuvo goles, pero sí mucho espectáculo. Ambos equipos llegaban al choque en una gran dinámica y enfrentaban sus buenas rachas, y no defraudó a nadie. Empataron a espectáculo, a un gran alarde futbolístico. Fue entretenido y fue vibrante. Tuvo ocasiones muy claras, mucha intensidad, grandes defensas y paradones de los porteros, y hasta balones al palo. Solo faltaron los goles para redondearlo. Pero ha habido citas con un montón de tantos que han puesto el listón de aburridas muy por encima de esta. Con todo, el punto parece que sirve de poco a dos equipos que siguen necesitando sumar de tres para acercarse a sus objetivos. La Real cae de los puestos europeos, aunque sigue en la pelea. A Las Palmas se le acerca un poco el peligro de abajo y no lo merece, porque está a un nivel soberbio. Eso sí, ambos siguen con sus buenas rachas. Los donostiarras sumaron su sexto choque seguido sin recibir goles y Remiro es el portero de las grandes ligas que más veces ha dejado su portería a cero.
Valiente Las Palmas desde el principio, desde antes de arrancar, porque el once que puso en liza Diego Martínez fue toda una declaración de intenciones. Salieron a jugar, a discutirle la posesión a la Real Sociedad, con mucha gente en el centro de campo para evitar que la sala de máquinas txuri-urdin funcionara como lo hace habitualmente, para entorpecer el juego con balón de Zubimendi, Brais Méndez y Luka Sucic. El partido tenía la pinta ser abierto y entretenido, con los dos equipos más preocupados de buscar la portería rival que de defender la propia, y eso que la Real ha basado su crecimiento en las últimas semanas en cerrar la puerta, como acreditan los cinco partido ganados sin recibir un solo gol.
Empezó fuerte el equipo txuri-urdin con dos disparos con mucho peligro desde la frontal de Sucic y Zubimendi, pero se rehízo rápido Las Palmas, que presionó muy bien la salida de balón guipuzcoana tratando de neutralizar a Zubimendi. El donostiarra cometió un error impropio de su calidad y dejó solo a Mata delante de Remiro. El meta de Cascante le ganó la partida y despejó a córner. Y después otra contra rapidísima acabó con un pase de Sandro a Moleiro, que también se plantó solo delante de Remiro. Otra vez el portero de Cascante estuvo espléndido y le sacó el mano a mano al jugador canario. Se desquitó bien la Real de la buena presión de los amarillos y se acercó con peligro a la portería de Cillessen. Zubimendi se descolgó desde la segunda línea y casi marca. Pero la más clara la tuvo el capitán Oyarzabal, que con todo a favor desde el área pequeña, mandó incomprensiblemente la pelota al palo cuando todo el mundo en el Reale Arena cantaba el gol. El partido estaba muy entretenido, era divertido, y llegó al descanso muy igualado. La segunda parte prometía.
Y por supuesto, no defraudó la reanudación. Fue un gran partido, a pesar de que no hubo goles. Pero los dos equipos salieron a buscar la victoria y se defendieron con ahínco, orden y mucho sacrificio. Tanto Las Palmas como la Real Sociedad tuvieron ocasiones claras para haberse llevado el partido. Empezaron mejor colocados a los canarios, robando en línea de tres cuartos y generando peligro a la contra. Fue Sandro el que pudo marcar después de un remate al larguero desde dentro del área. Con el susto en el cuerpo, Imanol hizo cambios y eso les vino bien. Barrenetxea revolucionó a su equipo, generando oportunidades muy claras que frustró Cillesen con dos manos salvadoras. Fue el momento de los realistas, que hasta el final encerraron a los canarios en su campo en busca del gol, pero no llegó por el acierto defensivo de Las Palmas, que tuvo que adaptarse con los cambios de posiciones de algunos jugadores a la exigencia que le planteaba la Real Sociedad. Al final, reparto de puntos justo en un partido intenso y vibrante entre dos buenos equipos que siempre quisieron ganar. Pocas veces un 0-0 fue tan divertido.
Roberto Ramajo
Entro en el grupo en 2002 como redactor de prácticas. En 2005 se incorporó a la redacción en Gipuzkoa...