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“Ver el amanecer desde el Gorbea es una experiencia mágica”, afirma Josu tras despedir el año desde la cima más alta de Bizkaia

El joven montañero y su grupo de amigos celebraron el fin de 2024 con cava, café y unas vistas espectaculares desde el Gorbea, en una tradición que gana adeptos cada año

“Ver el amanecer desde el Gorbea es una experiencia mágica”, afirma Josu tras despedir el año desde la cima más alta de Bizkaia

“Ver el amanecer desde el Gorbea es una experiencia mágica”, afirma Josu tras despedir el año desde la cima más alta de Bizkaia

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Bilbao

Mientras la mayoría de Euskadi se despierta despidiendo las últimas horas de 2024, hay quienes ya han comenzado el día de una forma muy especial. Es el caso de Josu Rubio, un joven apasionado por la montaña que, acompañado de un grupo de amigos, ha subido al Gorbea, el monte más alto de Bizkaia, para disfrutar del amanecer desde su emblemática cruz.

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Una tradición en auge

Subir a la montaña el último día del año es una tradición muy arraigada en Euskadi, y cada año son más quienes eligen el Gorbea como su destino para cerrar el año con altura. “Cada vez hay más gente en la cima, no sé si es mi sensación, pero este año el parking estaba lleno desde anoche. Apenas había plazas en Pagomakurre”, comenta Josu en una entrevista concedida a Hoy por Hoy Bizkaia.

Una experiencia mágica

La subida comenzaba durante la madrugada, y las primeras luces del día premiaron el esfuerzo del grupo con un paisaje inolvidable. “Estamos viendo un cielo rojizo y un mar de niebla que cubre todas las montañas. Es impresionante. Además, hay un viento que no llega a molestar demasiado, así que no nos podemos quejar”, explica Josu, quien junto a sus amigos quiso aprovechar este momento para brindar desde lo más alto.

Entre risas, cava y café, el grupo ha celebrado en la cima del Gorbea la despedida de un año más. “Un amigo trajo una botella de cava, otro café. Eso sí, no queremos quedarnos mucho rato porque las gambas nos esperan en casa, y alguien tiene que cocinarlas”, bromea.

De la montaña al mar

Para Josu y sus amigos, la jornada no termina en la cima del Gorbea. Tienen planeado hacer un contraste único entre montaña y mar. “Después de bajar, creo que iremos a Sopela a tomar unos pintxos y, si nos animamos, darnos un bañito en la playa para despedir el año”, añade en Radio Bilbao.

Una tradición que conecta con la naturaleza

Subir al Gorbea o a otras montañas de Euskadi el 31 de diciembre se ha convertido en un ritual para muchas personas, una forma de conectar con la naturaleza y reflexionar antes de cerrar un ciclo. La combinación de esfuerzo físico, paisajes espectaculares y la atmósfera de celebración genera un ambiente único en la cima.

“Es un momento mágico. Ver el amanecer desde aquí arriba es una experiencia que recomiendo a todo el mundo. Además, empezamos el año con energía y rodeados de amigos, que es lo más importante”, señala Josu.

Seguridad y respeto por el entorno

Aunque la tradición crece cada año, los expertos recuerdan la importancia de ser responsables en la montaña. Equiparse adecuadamente, respetar el entorno y planificar bien la ruta son claves para disfrutar de la experiencia sin incidentes. En días como hoy, con temperaturas bajas y condiciones variables, es fundamental tomar precauciones para evitar riesgos.

Con iniciativas como la de Josu y su grupo, el Gorbea se reafirma como uno de los lugares más simbólicos para despedir el año en Euskadi, un espacio donde la naturaleza y la tradición se unen para cerrar un capítulo y dar la bienvenida a uno nuevo desde las alturas.

 
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