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Alberto Martínez: "Del COVID hemos aprendido que hay que fortalecer la vigilancia epidemiológica y la Atención Primaria. El hospital ya no es el dique de contención"

Entrevista al consejero vasco de Salud al cumplirse cinco años del estado de alarma y el confinamiento

Alberto Martínez: "Estamos muy cerca de las cifras prepandemia, pero lo importante es mejorar el nivel de salud de la población"

Alberto Martínez: "Estamos muy cerca de las cifras prepandemia, pero lo importante es mejorar el nivel de salud de la población"

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Vitoria-Gasteiz

Cinco años después del estado de alarma y el confinamiento, el consejero vasco de Salud asegura en una entrevista en 'la ventana Euskadi' que "estamos mejor preparados que hace cinco años", porque, a nivel personal, hemos aprendido la necesidad de cuidar nuestra salud y en la sanidad pública, que hay que fortalecer los sistemas de vigilancia epidemiológica y Atención Primaria. "Pensábamos que el hospital era el dique de contención, que paraba cualquier cosa que llegara y con el COVID vimos que no", asegura.

PREGUNTA: ¿Dónde estaba usted hace cinco años?

RESPUESTA: Trabajaba como médico anestesiólogo en el Hospital de Cruces.

¿Cómo afectó a su trabajo, al hospital? ¿Qué recuerda de aquellos días?

Recuerdo que, inicialmente, teníamos una información que era la que podía tener cualquier ciudadano. En China nos llamaba la atención que eran capaces de construir un hospital en una semana. Luego, a mí me impresionó que en Lombardía, Milán, esa zona tan impresionante económicamente, quedara su sistema sanitario bloqueado. Luego apareció en Madrid. Yo en Madrid ya tenía contactos personales, compañeros médicos que trabajaban en La Paz y más hospitales, pero de La Paz me impresionó que quedó bloqueado en poco tiempo, con el paciente 22 habían quedado bloqueados. En pocos días, apareció aquí, en Gasteiz y días después apareció en el hospital de Cruces.

Yo trabajaba en el ámbito del paciente crítico, en las unidades de reanimación. La información que teníamos era que el paciente COVID iba a quedar aislado en casa, como un paciente de una gripe, que era importante que no contagiara. Sin embargo, la avalancha de pacientes inmediatos que llegaban, de 10 en 10, pacientes graves que había que intubar y conectar a ventilación mecánica de forma inmediata, porque se ahogaban y se morían; que había que hacerlo casi en cualquier sitio. Esa avalancha de pacientes nos obligaba a ir diseñando y ampliando unidades de críticos. Teníamos tres unidades de reanimación. Vaciábamos una y esa misma tarde se llenaba. Abrimos los gimnasios, que eran un espacio muy diáfano, muy grande. Todas las estructuras diáfanas grandes que había en el hospital se iban llenando con pacientes graves, intubados y no veíamos un final. Nosotros no teníamos en mente que en ningún momento vencimos al virus, sino que íbamos conteniéndolo hasta que el confinamiento y la vacuna fue lo que pudo pararlo.

¿Qué huella queda de eso en la Osakidetza actual?

Yo, de aquella fase, recuerdo un trabajo colectivo, una sensación de pertenencia a algo de todos. Yo siempre pongo un ejemplo: a nosotros nos enseñó a ponernos las EPIs, la jefa de limpieza, Natalia. Había una comunión entre todos, una sensación de pertenencia, de equipo, a todos los niveles.

Como sistema sanitario, lo que fuimos capaces en aquel momento fue de adaptarnos. Luego, teníamos en el imaginario colectivo la sensación de que el hospital era el dique de contención que iba a contener cualquier cosa que pasara y ahí nos dimos cuenta que no, que un hospital es un elemento más de un sistema sanitario, que hacen falta sistemas de vigilancia epidemiológica y sistemas de Atención Primaria potentes, porque eso es lo que nos va a dar más seguridad.

La actividad asistencial de hoy en día en Osakidetza se entiende por lo que ocurrió hace cinco años. Han hecho ustedes un esfuerzo importante en personal, en actividad quirúrgica, de consultas, etc pero, no hemos recuperado los niveles prepandémicos. ¿Vamos a volver alguna vez a ese nivel, a 2019 o ya hemos vivido lo mejor de nuestra Osakidetza?

Tenemos un sistema potente y efectivo. Pero después de la pandemia, lo que nos quedó es la sensación de que la salud es el derecho más importante que tenemos. Hubo un grupo de pacientes que quedaron acumulados durante la pandemia, porque no salían de casa. El confinamiento hizo que muchas de las patologías no salieran y luego ha habido una avalancha de pacientes, que hemos ido poco a poco sacándolos adelante. Estamos ya muy cerca de las cifras prepandémicas y llegaremos a ellas. Pero el objetivo no es tanto llegar a unas cifras, sino si nosotros conseguimos, con todas esas acciones, mejorar el nivel de salud de una población.

Y además nos hemos dado cuenta de una cosa más: que somos frágiles. Y esa sensación de debilidad es especial en una sociedad que está cambiando a una velocidad extraordinaria, porque la vigilancia epidemiológica no solamente depende de lo que hagamos aquí. Depende de que un señor como Trump ponga como responsable del sistema de salud a un antivacunas o se salga de la OMS. Cuando tenemos una situación que cualquier germen que aparezca en África, puede aparecer entre nosotros en 24 horas. Tenemos que fortalecer nuestro sistema de vigilancia epidemiológica y el mundo parece que se intenta cerrar cuando tenemos que abrirnos a eso. Estamos en una situación de amenaza epidemiológica, que no es solo para nosotros, sino que es para el mundo.

¿Estamos preparados? ¿Qué hemos aprendido?

El sistema sanitario vasco y los ciudadanos vascos tenemos una experiencia previa. El otro día estuvimos en Basurto en la unidad de COVID persistente y todos estábamos con mascarilla. Esa cultura ya fue una parte de nosotros. Hemos aprendido a integrar la importancia de protegerse y proteger a los demás y de cuidar de nuestra salud.

¿Y Osakidetza? ¿En qué ha cambiado?

Para empezar, estamos trabajando mucho en el área de prevención. Prevención, determinantes de salud, diagnóstico precoz...Hemos incrementado no solamente las plantillas estructurales, sino los sistemas, las medidas de vigilancia epidemiológica en todos los ámbitos.

¿Qué fue del almacén de EPIs, geles...todo el material de protección que abrieron en Boroa?

Estamos es un periodo de reflexión, porque consideramos que en estos momento no es necesariamente ni estrictamente necesario que haya un almacén que gestione ese material. Tiene que ser el licitador, el que gane el concurso de suministro quien tenga la responsabilidad de suministrarlo en tiempo y forma. Si tuviéramos una amenaza cierta, inmediata, sí estaría lógico establecer un almacenamiento de garantía, pero en estos momentos soportar un almacén solamente para un tipo de material...Estamos en un periodo de reflexión.

Otra cuestión que se puso en relieve durante la pandemia fue la salud mental, ¿qué planes tienen ustedes?

Tenemos un plan estratégico de salud mental, pero además tenemos una de las líneas de reflexión del Pacto de Salud dedicada a la salud mental. En tres años hemos identificado a casi 2.000 personas con intento de suicidio. La pandemia ha supuesto un incremento en las tasas de ansiedad y de depresión, que, además, van creciendo de forma casi exponencial y ahí tenemos una de las grandes prioridades del departamento.

Consejero, ¿estamos mejor preparados que hace cinco años para detectar y combatir una pandemia?

Estamos mejor preparados, pero nuestro objetivo es estar cada día mejor preparado. El objetivo de la mejora no acaba. No es que estemos preparados para cualquier pandemia, en cualquier momento. El mundo va cambiando a una velocidad vertiginosa y no somos agentes aislados en el mundo. Estados Unidos es un país muy importante, no solamente por el nivel económico que tiene, sino por el predicamento que genera y que su secretario de Salud sea antivacunas es muy importante. Por ejemplo, con el sarampión, Bizkaia ha sido la zona de España que más brotes ha tenido. Tenemos países alrededor que son zonas epidémicas. Gracias a que tenemos un nivel de vacunación por encima del 95 por ciento, prácticamente ha sido una situación banal, que no ha generado una repercusión importante.

Estamos mejor preparados que otros países, lo hemos visto ahora con el sarampión, pero habrá más enfermedades porque el mundo es un mundo abierto.

Eva Domaika

Eva Domaika

Jefa de informativos en Cadena SER Vitoria. Presenta el informativo diario ‘La ventana Euskadi’. Si...

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