“Nuestras equipaciones eran las viejas de los hombres”: el testimonio de la exjugadora de rugby Bárbara Pla que evidencia la enorme desigualdad entre hombres y mujeres
Deportistas de élite de disciplinas como el rugby, el hockey o el balonmano comparten sus experiencias de desigualdad con sus homólogos masculinos
“Nuestras equipaciones eran las viejas de los hombres”: cómo la desigualdad de género se multiplica en los deportes minoritarios
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Bilbao
Dentro del marco de la Women's Football Week, que se celebra durante toda esta semana en diferentes puntos de Bilbao, este martes se ha abierto una ventana al resto de deportes. El congreso, que aborda desde todos los puntos de vista la situación actual del fútbol femenino, ha traído a primera línea los testimonios de mujeres que han sido deportistas de élite en disciplinas de carácter minoritario. Es el caso de Rocío Ybarra, olímpica en hockey hierba.
El primer paso en su deporte lo dio casi por obligación, pues su ama practicaba hockey, era un deporte que llevaba generaciones arraigado en su familia. Viendo a su ama competir se aficionó y pronto probó con el stick. Empezó, dónde si no, en Jolaseta. Pero pronto se fue a Madrid, luego a Barcelona, a Alemania y, por último, a Holanda, el país con mayor tradición en este deporte y donde los mejores aspiran a poner el broche a sus carreras.
Es un paso que tuvo que dar, el de independizarse siendo muy joven, para apostar en serio por ser profesional del hockey hierba. "Hacer un deporte de equipo tiene muchas cosas positivas, pero también es un hándicap. O tu equipo tiene los mismos objetivos que tú o tienes que marcharte. Yo tenía el objetivo de llegar a lo máximo que pudiera en el hockey hierba y me di cuenta que en el caso de mis compañeras no era así. Por eso tuve claro que tenía que irme. Por eso me fui a Madrid", nos cuenta.
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Así llegó a lo más alto, unos Juegos Olímpicos. Pero no pudo vivir el deporte en igualdad. A día de hoy, de hecho, se sigue haciendo algunas preguntas: "¿Por qué cuando fichan a un hombre le ponen un montón de cifras encima de la mesa y a una mujer le ponen la mitad? ¿Por qué si estamos entrenando igual, luchando igual?", desliza.
Es más, ve un ejemplo claro en lo que suele ocurrir con las carreras de los entrenadores: "Parece que entrenar a un equipo femenino es un ensayo para después entrenar a hombres. ¿Por qué cuando hemos llegado a División de Honor en hockey hierba femenino el siguiente paso es ir a entrenar a hombres? ¿Por qué es mejor entrenar en un deporte masculino?".
En el caso de la conciliación, además, destaca cómo sigue habiendo enormes diferencias entre ellos y ellas: "Compaginar la vida deportiva y la familiar es muy fácil en el caso de un hombre y mucho más complicado en el caso de una mujer. Si quieres ser madre, tu carrera se acorta. Sabes que asumes un riesgo mayor", sentencia.
El caso del rugby: Bárbara Plá
Junto a Rocío, otras representantes del deporte minoritario han relatado sus vivencias en esta jornada. Es el caso de Bárbara Plá, catalana que se afincó desde muy joven en Getxo tras haber descubierto el rugby en la universidad. Desembarcó en el Getxo Rugby en 2007 y, salvo un pequeño paréntesis en Inglaterra, allí ha jugado hasta el pasado verano, cuando anunció su retirada.
Durante sus últimos años en el equipo compaginó, además, su labor con la dirección deportiva. Fue olímpica en Río 2016, donde logró un diploma, y es Licenciada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y Máster en Alto Rendimiento. Su experiencia, que arranca hace dos décadas, ha sido la de alguien que ha practicado deporte a la sombra de los hombres en muchas ocasiones.
Ha contado experiencias vividas en sus primeros clubes: "A nivel de club, las mujeres estábamos allí, pero molestábamos. Las equipaciones eran las viejas de los hombres. Los entrenadores igual, no se buscaba a alguien capaz y preparado para buscar un mayor rendimiento. A nivel de fichajes o de viajes, ocurría lo mismo", ha relatado. También algo similar vivió con la selección española, donde veía cómo los chicos viajaban varios días antes a los torneos internacionales pese a cosechar peores resultados deportivos.
El caso del balonmano: Maitane Etxeberria
Por último, la mesa se ha completado con Maitane Etxeberria, actual jugadora del Bera Bera, equipo por el que fichó tras debutar en la élite en Lasesarre. Este pasado verano se lesionó en plenos JJOO de París, ha sido medalla de plata en el Mundial de Japón y ha competido en varios europeos. Hace apenas unos días, con su equipo ha ganado la Copa de la Reina, tiene varias ligas y también está entre los ocho mejores equipos de Europa.
Pese a todo ello, Maitane tiene claro que "jugar a un deporte minoritario es una lucha constante" y no esconde que lo habitual en alguien con su trayectoria habría sido tener que hacer las maletas: "Yo me siento una privilegiada por haber podido, hasta ahora, desarrollar toda mi carrera en mi casa".
Y confirma, con el agravante de que habla de 2025, que la desigualdad pervive también en su disciplina: "Yo lo comparo con el equipo que tenemos al lado, que es de hombres y es Bidasoa. A nivel de visibilidad sí estamos más igualados, pero en cuanto a condiciones no. Yo veo los viajes que hacen y los hoteles en los que duermen y a ese nivel desde luego que falta mucho todavía".
Verónica Gómez
Periodista de la SER desde 2009, cuando comencé mis prácticas en Radio Pamplona. Tras pasar por las...
