"El cine como reflejo de nuestras vergüenzas"

San Sebastián

Mañana dará comienzo la vigésimo segunda edición del Festival de Cine y Derechos Humanos de San Sebastián con la proyección de Faisaien Irla, una película de Asier Urbieta que abre el certamen con una historia impactante y profundamente actual. El filme se adentra en la isla de los Faisanes, el condominio más pequeño del mundo, que alterna su soberanía entre España y Francia cada seis meses. En medio de esta transición burocrática, un cadáver de una persona migrante aparece en la isla sin que ningún país quiera hacerse cargo. Una premisa que, según el director del festival, Josemi Beltrán, busca "mostrar nuestras propias vergüenzas" respecto a la gestión migratoria en Europa.

Un festival que pone el foco en las fronteras

El certamen de este año gira en torno a temas como las migraciones, los derechos humanos y los conflictos geopolíticos. Beltrán destaca que la elección de Faisaien Irla como película inaugural no es casual: "Queríamos empezar con una historia cercana, que nos interpele directamente. La frontera del Bidasoa se ha convertido en un símbolo de las contradicciones de una Europa que se proclama sin fronteras, pero que levanta muros invisibles para quienes más necesitan cruzarlas".

Además, el festival contará con mesas redondas, coloquios y proyecciones que abordarán otros temas de gran relevancia global, como la situación en Gaza, Ucrania y Argentina. "No hay que mirar muy lejos para encontrar historias que nos hablen de vulneraciones de derechos humanos. Las tenemos aquí mismo", asegura Beltrán.

Novedades en esta edición

El festival introduce este año algunas novedades importantes. Entre ellas, la primera sección competitiva de cortometrajes vascos, con una destacada participación de directoras. "Cinco de los trabajos seleccionados están dirigidos por mujeres, lo cual nos parece una excelente señal del buen momento que atraviesa el cine vasco en términos de diversidad y calidad", explica Beltrán.

Otra de las novedades es el tercer año consecutivo del ciclo Cine y Memoria, que incluirá documentales sobre figuras clave de la historia como Ernest Cole, fotógrafo del Apartheid, o Leni Riefenstahl, cineasta vinculada al nazismo. Además, destaca Henry Fonda for President, un ensayo cinematográfico que explora la historia de Estados Unidos a través de los personajes interpretados por el icónico actor.

Un programa diverso y comprometido

Además de Faisaien Irla, el festival ofrecerá una variada selección de películas y documentales de distintas partes del mundo. Entre los títulos más esperados se encuentran El poderío de Lara Izagirre, Flying Hands y La leyenda de la reina vagabunda de Lagos, una producción nigeriana que denuncia la especulación inmobiliaria en un barrio pobre de Lagos.

Otro de los platos fuertes será Patriz the Movie, un documental estadounidense que narra la historia de una pareja con discapacidad que lucha por su derecho a casarse sin perder sus subsidios. "Es una película muy colorista y visualmente impactante, que mezcla documental y ficción de una manera única", comenta Beltrán.

El festival también incluye una oferta para el público infantil y juvenil, con proyecciones como Mariposas Negras, una película española sobre mujeres refugiadas climáticas, y Basatiak, un filme en stop-motion de los creadores de La vida de Calabacín que trata sobre la lucha medioambiental en Borneo.

Elena Taberna, premio de honor

Este año, el festival reconocerá la trayectoria de la cineasta navarra Helena Taberna, una voz fundamental en la cinematografía española con un fuerte compromiso social. "Helena siempre ha abordado en su cine temáticas urgentes y necesarias, como el feminismo, la memoria histórica y la situación de los refugiados", subraya Beltrán.

Para celebrar su galardón, se proyectará Varados, su documental sobre la realidad de los refugiados que malviven en campos de acogida. "Aunque la película tiene ya unos años, sigue siendo tristemente actual", comenta el director del festival.

Exposiciones y actividades paralelas

El festival no se limita a las salas de cine. Este año, habrá tres exposiciones destacadas. Una de ellas es Más allá de Mauthausen, una muestra fotográfica de Francesc Boix, el fotógrafo catalán que documentó los horrores de los campos de concentración nazis. Otra exposición será Sueño californiano, de la fotoperiodista Darcy Padilla, que retrata la realidad de las personas sin hogar en Estados Unidos. Además, se exhibirán los trabajos del concurso de arte infantil y juvenil sobre derechos humanos.

También regresa Konekta Tú, un juego interactivo que busca concienciar sobre temas sociales. Este año, las preguntas girarán en torno al feminismo y habrá premios para incentivar la participación. "Es una forma de hacer llegar estos temas al público más joven de manera dinámica", explica Beltrán.

Las entradas, casi agotadas

La expectación por esta edición del festival es alta, y muchas de las entradas ya están agotadas. "La inauguración con Faisaien Irla ha tenido una gran demanda. Puede que en el último momento liberemos algunas entradas, pero recomendamos estar atentos", advierte Beltrán. Las proyecciones previas, como Nacido en Gaza y Las chicas de la estación, han contado con una gran afluencia de público.

Una clausura sorprendente

Para la clausura del festival, se ha elegido Good One, una película estadounidense independiente que fue una de las sensaciones del Festival de Sundance. "Es mejor verla sin saber nada de antemano. Es un filme que juega con las expectativas y sorprende hasta el último minuto", sugiere Beltrán.

La inauguración oficial tendrá lugar mañana a las 20:00 horas, aunque la programación arrancará antes con la proyección de Tratado de invisibilidad, un documental mexicano sobre las mujeres limpiadoras y su lucha contra la precariedad laboral.

Después de 22 años, el Festival de Cine y Derechos Humanos de San Sebastián sigue consolidándose como un espacio imprescindible para la reflexión y el debate. Como concluye Beltrán: "El cine tiene la capacidad de poner rostro a las historias invisibles y de recordarnos que, detrás de cada cifra, hay una vida".

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