El fútbol entra en la cárcel para servir como herramienta de reinserción: "Aquí lo retomé y creo que me lo voy a llevar fuera"
Visitamos el Centro Penitenciario Bizkaia, en Basauri, para conocer cómo el fútbol sirve de herramienta para mejorar la vida de los internos

El fútbol entra en la cárcel para servir como herramienta de reinserción: "Aquí lo retomé y creo que me lo voy a llevar fuera"
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Bilbao
Desde hace tres años, el fútbol forma parte de la rutina de algunos de los internos que cumplen condena en el Centro Penitenciario Bizkaia, ubicado en Basauri. Cada jueves y viernes, los reclusos tienen la oportunidad de entrenar, jugar partidos y charlar con técnicos de, entre otros, el Athletic Club.
Se trata de una iniciativa perteneciente al programa Mugituz, impulsada por la Asociación Bidesari y financiada por el Departamento de Justicia y Derechos Humanos del Gobierno vasco. Bidesari cuenta con un convenio con la Fundación Athletic y, en virtud a él, algunos técnicos y jugadores del club acuden a la prisión para dedicar parte de su tiempo a los reclusos.
Trabajo y buena conducta
El programa tiene incluso lista de espera. Y es que su aceptación en la cárcel es total. Eso sí, es desde Bidesari desde donde se decide quiénes pueden participar. "Les pedimos que no tengan partes en el centro y que tengan una ocupación, bien en la escuela o bien en los talleres productivos", explica Miguel Romillo, trabajador de Bidesari y entrenador del Santurtzi.
Esas condiciones fomentan el buen comportamiento de los reclusos, que no quieren dejar de practicar una actividad que les aporta bienestar tanto a nivel físico como mental. "El trabajo en equipo es fundamental. Aquí cada uno tiene sus problemas y sus historias y esto es un escape bastante bueno a estar aquí", comenta uno de los participantes.
Un escape mental
Otro de sus compañeros explica que "viene bien para no comerse la cabeza y para no estar encerrado ahí dentro". Y es que formar parte del equipo de fútbol les permite tener más horas en el patio. "Lo tenía muy apartado. Cuando entré aquí lo retomé y creo que me lo voy a llevar cuando salga de aquí", explica sobre su motivación por el deporte, con el que se ha reencontrado en prisión.
Desde la Fundación Athletic, Ibon Oleagagoitia, uno de sus responsables y también entrenador de los reclusos en Basauri, explica que "ellos pasan cinco horas al día fuera de la celda y es importante ocuparles ese espacio", ya que, en caso contrario, "estarían por aquí dando un paseo, fumándose un cigarro o sin hacer nada".
Herramienta de reinserción
Y este partido no es el único en el que tienen opción de participar. En lo estrictamente deportivo, se organizan también entrenamientos de baloncesto, de pala o voleibol. Fuera de este ámbito, también pueden participar en talleres de arte o de escritura. "Se trata de generar sinergias entre ellos que les ayuden a salir adelante", añade Ibon.
Además, el trabajo que se realiza en la prisión también está enfocado al futuro, al momento en el que vuelvan a la sociedad, como explica el director de Servicios Penitenciarios del Gobierno vasco, Pablo Martínez Larburu: "Hemos apostado por abrir las puertas de las prisiones para que no sean espacios desconocidos. La labor socializadora con las personas presas empieza desde que entran en prisión, porque la reinserción se apoya en los que están fuera. Se trata de que las personas, cuando salgan, tengan ya una red fuera que les sirva de ayuda".

Verónica Gómez
Periodista de la SER desde 2009, cuando comencé mis prácticas en Radio Pamplona. Tras pasar por las...




