Un rescate de emergencia en Euskadi: coordinación, tecnología y rapidez
El técnico de riesgos y emergencias del Gobierno vasco, Gaiza Etxabe, explica los pasos en este tipo de actuaciones tras el aparatoso rescate en el Flysh de Zuamaia
Entrevista a Iñaki Ostolaza, alcalde de Zumaia, y Gaizka Etxabe, técnico de rescates del Gobierno Vasco, en Hoy por Hoy San Sebastián
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San Sebastián
El reciente rescate de doce excursionistas en el flysch de Zumaia pone sobre la mesa la importancia de extremar la precaución en zonas costeras. La rápida subida de la marea sorprendió a los grupos, que quedaron aislados entre las rocas y tuvieron que ser evacuados por los servicios de emergencia en una operación que se prolongó durante horas.
Gaizka Etxabe, técnico de riesgos y emergencias del Gobierno vasco explica de primera mano cómo se gestiona una intervención de este tipo desde que entra una llamada al 112. A partir de ese momento, explica, “se recopilan datos básicos para identificar el tipo de problema y automáticamente se abre una táctica operativa que activa los centros de mando y control: bomberos, Ertzaintza, Osakidetza y el técnico de guardia”. Es este último quien decide qué recursos específicos deben movilizarse, aunque gran parte del sistema ya está en marcha en cuanto se recibe el aviso.
Según Extabe, una de las claves en las intervenciones es la tecnología AML (Advanced Mobile Location), implantada por directiva europea. Esta permite localizar con exactitud a la persona que llama, incluso sin cobertura de datos. “Es una ventaja enorme, nos da la posición casi siempre, incluso en zonas sin buena señal”, apunta Etxabe.
Los rescates más habituales… y los más complejos
La mayoría de intervenciones se dan durante la práctica del senderismo o montañismo, especialmente en épocas como la recolección de setas. “Son personas que se extravían, se lesionan o se ven atrapadas por las condiciones del entorno”, señala el técnico. Si bien, hay situaciones mucho más complejas, como los accidentes en barrancos, en actividades de parapente o en cuevas. “El rescate en cavidades subterráneas es el más hostil y técnicamente complicado de todos”, afirma.
En Euskadi, se realizan cerca de 500 rescates al año. De ellos, unos 200 implican el uso de helicóptero.
El caso de Zumaia: 30 ciclos de grúa en un solo rescate
El pasado domingo, el rescate en Zumaia implicó a los bomberos de la Diputación de Gipuzkoa y a la Unidad de Rescate de Montaña de la Ertzaintza, que opera en helicóptero. “Ese día se realizaron más de 30 ciclos de grúa. Eso significa que el helicóptero se posiciona, baja el rescatador, se prepara a la víctima, y se realiza la evacuación aérea”, describe. A lo largo del mismo día, los servicios realizaron rescates en Mutriku y en Montaña Alavesa, sumando un total de 36 ciclos de grúa.
El uso del helicóptero depende siempre de la meteorología. Niebla, viento fuerte o lluvia intensa pueden impedir su despegue. “Si las condiciones lo permiten, el helicóptero sale siempre, con un equipo que trabaja de guardia las 24 horas”, indica Etxabe.
¿Quién paga el rescate?
Aunque el coste operativo de un helicóptero puede alcanzar los 2.500 euros por hora —y en el caso de Zumaia se estiman al menos cuatro horas de vuelo continuado— no todos los rescates conllevan una factura para la persona auxiliada. Según la Ley de Tasas del Gobierno Vasco, sólo se abre expediente cuando concurren determinadas circunstancias: si hay avisos activos de alerta naranja o roja por meteorología adversa, si el rescate se produce en zonas señalizadas como peligrosas o de acceso restringido, si se ha simulado una emergencia sin causa justificada, o si se está practicando una actividad considerada de riesgo. El caso de Zumaia, no dio lugar a un expediente de cobro.
