Donostia abandona definitivamente el proyecto del centro comercial en San Bartolomé

San Sebastián

Punto y final al proyecto del centro comercial en San Bartolomé. El alcalde, Eneko Goia, ha anunciado que se convocará al Consejo de Administración de la sociedad San Bartolomé Muinoa para plantear la rescisión de mutuo acuerdo con la empresa compradora. El objetivo es evitar litigios y cerrar definitivamente un proyecto que ya no cuenta con el respaldo social ni político que tuvo en su día, ha explicado el alcalde.

La decisión responde a un cambio de valoración general sobre este tipo de infraestructuras, a las afecciones acumuladas por las obras del Topo en el entorno, así como los problemas que está generando el contrato de compraventa, cuya formalización se ha estancado por diferencias entre las partes. “Estamos comprobando en el seno de la Sociedad San Batolomé Muinoa que la perfección del contrato de compra venta se está demorando. Presenta problemas, discusiones y diferencias de visión", ha afirmado el alcalde sin dar más detalles al respecto.

Se inicia ahora un proceso formal de resolución de mutuo acuerdo del contrato de compraventa firmado entre la sociedad y la empresa promotora interesada. Explorar esta vía dialogada es, en este momento, “lo más beneficioso para ambas partes”, ha explicado Goia cuyo objetivo es evitar litigios o consecuencias legales mayores.

Activo de 12 millones de euros

Según las estimaciones realizadas en su día por la propia sociedad promotora, la parcela donde se proyectaba el centro comercial está valorada en 12 millones de euros. Se trata, por tanto, de un activo estratégico dentro del balance de San Bartolomé Muinoa, y la paralización del proyecto obliga ahora a buscar fórmulas que permitan compensar un agujero financiero. En este sentido, el alcalde ha señalado que es la sociedad —participada en un 37% por el Ayuntamiento y agentes como la Policía Nacional y constructoras—y no el Consistorio como tal, quien deba asumir las consecuencias económicas.

El proyecto del centro comercial formaba parte de una modificación aprobada por unanimidad en 2014 para intentar equilibrar las cuentas de la operación urbanística de San Bartolomé, descompensada tras el estallido de la crisis de 2008. Se incorporaron entonces tres elementos con potencial de generar ingresos adicionales: un hotel, un edificio residencial y un centro comercial con aparcamiento, aprobados por unanimidad a finales de la legislatura de EH Bildu.

El hotel Catalonia, situado en la parte superior del cerro, fue construido y actualmente está en funcionamiento. El edificio de viviendas se levantó en la confluencia entre las calles Estella y Easo, y el tercer y último componente —el centro comercial— ha sido el más controvertido. Con su paralización definitiva, se cierra el ciclo de aquella modificación de urgencia aprobada en 2014.

Plataforma "Salvemos San Bartolomé: no al centro comercial"

"Salvemos San Bartolomé: no al centro comercial" es el origen de la plataforma ciudadana, comandada, entre otros, por el exalcalde, Odón Elorza, con la que pretenden parar la operación urbanística que se quiere llevar a cabo en este punto céntrico de San Sebastián.

Para los impulsores de esta plataforma, la operación que pretende llevar adelante el ayuntamiento con este proyecto, responde a una concepción especulativa del urbanismo donostiarra e insisten en que la licencia para su ejecución a un fondo inversor, no es legal de ahí la denuncia pública y el recurso que se quiere presentar en el juzgado para paralizar este proyecto.

Además, para los integrantes de la plataforma, no se puede olvidar que estamos hablando de una zona verde de la ciudad, "una joya", dicen, y que la única forma que hay de salvarla es con la presentación de un recurso contencioso que anule la licencia que ha dado el Ayuntamiento al fondo de inversiones que lidera el proyecto. Además hay que tener en cuenta, explica Elorza, que el Plan General en el que se basa el proyecto, el del 2015, es un plan general ilegal porque no cumple, añade, con la norma del Gobierno vasco que establece un número de metros mínimos para zonas verdes, espacios libres y zonas peatonales.

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