Mal día en la oficina para una Real que se complica la vida

San Sebastián

Mal día en la oficina para la Real Sociedad, que perdió contra un Real Mallorca, que no había ganado en sus ultimas diez visitas al Reale Arena. De esta forma, se aprieta un poco más la pelea por los puestos europeos, que ahora se ponen más complicados para los realistas. El equipo bermellón aprovechó dos llegadas al comienzo de cada parte para conseguir una victoria muy importante, que frena la reacción de un equipo txuri-urdin insulso y lejos de su mejor nivel.

Larin y Sergi Darder marcaron al comienzo de cada parte y cortaron de raíz el plan del partido de la Real Sociedad, porque el mérito del Mallorca estuvo sobre todo en que el partido se jugó siempre a lo que quiso Jagoba Arrasate. No comenzaron mal los donostiarras el partido, porque salieron a llevar el peso del partido con decisión, y fueron los realistas los que tenían las llegadas a la portería del Mallorca, pero no con la suficiente claridad como para marcar. Lo hizo Oyarzabal, pero estaba en fuera de juego.

Pero en una de las pocas veces en las que los baleares fueron capaces de apretar arriba, llegó el gol de Larin. La defensa de la Real no cierra bien a su espalda, Aramburu no llega, Larin la toca justo para que pase por debajo de Remiro, que sale a destiempo y Aritz no llega tampoco a despejar en boca de gol. El Mallorca se ponía por delante, mientras la Real se atascaba en su intento de reaccionar.

Se esperaba que en la segunda parte la Real Sociedad diera un paso adelante en busca de una remontada que todavía no ha logrado en toda la temporada, pero no pudo, porque el Mallorca no le dejó. Nada más volver de vestuarios, Sergi Darder se aprovechó de otro desajuste defensivo de los txuri-urdin. Le dejaron llegar demasiado fácil a la frontal y después su disparo se coló por debajo del cuerpo de Remiro. Y aunque los donostiarras lo intentaron de todas las maneras, les faltó fluidez y se precipitaron en todas las acciones de ataque, con malos últimos pases y prácticamente sin remate.

El Mallorca supo defender de manera muy solvente con su defensa de cinco, jugó con todas sus armas para desesperar a una Real que tampoco se le notaba enchufada. El equipo realista no supo hacerle daño, ni jugando por dentro, ni buscando su espalda, ni tampoco con centros laterales, dejando una sensación de impotencia que se trasladó a la grada, que no dudó en pitar a sus jugadores, mostrándole su descontento.