Guardia Costera libia apunta con armas al Aita Mari y devuelve a migrantes a centros donde denuncian torturas
La ONG Salvamento Marítimo Humanitario denuncia un grave episodio de intimidación en el Mediterráneo central mientras intentaban localizar un bote con personas migrantes.

Amaia Iguaran, vicepresidenta del Aita Mari
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San Sebastián
Este sábado alrededor de las 14:30 horas, el barco de rescate Aita Mari, operado por la organización Salvamento Marítimo Humanitario (SMH), vivió un nuevo episodio de tensión en el Mediterráneo central, una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo. La tripulación del buque se dirigía hacia un bote de goma del que habían recibido aviso previo, cuando fueron interceptados por una patrullera de la Guardia Costera libia.
Según ha denunciado SMH, los guardacostas libios se acercaron al Aita Mari y gritaron "Go HOME!" desde su cubierta mientras apuntaban al personal con un arma automática, impidiendo la operación de rescate. La amenaza obligó al Aita Mari a abandonar la zona sin poder asistir a las personas a bordo del bote, que fueron posteriormente interceptadas por las autoridades libias.
La vicepresidenta de Salvamento Marítimo Humanitario, Amaia Iguaran, ha explicado que "el Aita Mari iba hacia un bote de goma que pensaban que había sido avisado, y salieron los guardacostas libios diciendo que se fuera para casa, apuntando con un arma automática". Iguaran ha añadido que, ante la amenaza, "los compañeros y compañeras no pudieron rescatar el bote, se marcharon de la zona y los guardacostas libios se llevaron a las personas que estaban en el bote".
Estas personas, según denuncian desde la ONG, serán devueltas a centros de detención en Libia, lugares donde se documentan de forma recurrente graves violaciones de derechos humanos. "Esas personas irán a centros de internamiento, donde se denuncia vulneración de derechos humanos, violaciones, torturas", ha advertido Iguaran, subrayando la gravedad de estas prácticas sistemáticas.
A pesar del mal tiempo previsto en la zona, el Aita Mari continúa en misión y permanece en el área de operaciones. "De momento están allí", ha afirmado Iguaran, señalando que el barco sigue vigilante y dispuesto a actuar ante nuevas alertas.
Desde Salvamento Marítimo Humanitario insisten en que este tipo de incidentes no son aislados y denuncian la complicidad de la Unión Europea, que financia y respalda a la Guardia Costera libia a través de acuerdos de externalización de fronteras. Diversas organizaciones internacionales, incluidas Naciones Unidas, Amnistía Internacional y Human Rights Watch, han documentado el uso sistemático de torturas, violaciones, desapariciones forzadas y condiciones inhumanas en los centros de detención libios.
La organización reitera su compromiso con la defensa de los derechos humanos en el mar y reclama corredores humanitarios seguros y legales para las personas que huyen del hambre, la guerra y la persecución. "Mientras los gobiernos europeos miran hacia otro lado, seguimos siendo testigos del horror", denuncian desde el Aita Mari, subrayando que lo ocurrido no solo impidió un rescate, sino que puso en riesgo la vida de quienes trabajan por salvar otras.
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