Lobos, osos y linces: la intensa convivencia entre humanos y depredadores en Álava

VITORIA-GASTEIZ

Un reciente análisis de los libros de cuentas de la villa de Antoñana ha desenterrado datos espectaculares que arrojan luz sobre la prolongada y, a menudo intensa, coexistencia entre las comunidades humanas y los grandes depredadores como lobos, osos y linces en el territorio histórico de Álava. Los datos han sido rescatados del olvido por parte del historiador Pedro Uribarrena que ha analizado registros que datan desde 1559 hasta 1845, entre ellos, además del los libros de cuentas de la villa de Antoñana donde se registraban los datos de animales cazados, se ha documentado en el Archivo Histórico del Territorio Histórico de Álava, y en diversos archivos de los concejos.

En lo referente a los grandes depredadores, las cifras son reveladoras. "Ahí aparece recopilada muchísima información", señala Andrés Illana, de Ekologistak Martxan y del Grupo Lobo Euskadi, y responsable de difundir los hallazgos. Illana ha hecho cuentas sobre las menciones que aparecen de animales cazados años tras año. Por ejemplo, en 1597 las referencias que aparecen son las siguientes:

• Un lobo.  
• Dos pellejos de lobo.  
• Una loba.  
• Una camada de lobeznos.  
• Dos camadas de lobeznos.  
• Unos lobos de Ollabarri.  
• Un lobo de Moraza.  
• Una osa

"De lobos hemos considerado que cuando se habla de varios lobos se puede referir a tres lobos, cuando se habla de camadas hemos puesto como media cinco", explica Illana sobre la metodología empleada para interpretar los registros. Entre 1597 y 1833, se estima la muerte de unos 2647 lobos, lo que supone una media de 11,2 lobos al año en la zona oriental de Álava. Illana subraya la amplitud geográfica de los registros, que abarcan también partes de Guipúzcoa y Navarra.

Osos y tigres

La presencia de osos también fue significativa, con 130 osos muertos registrados entre 1597 y 1713. "Creemos que ese año podría ser el último oso cazado en en esa zona", comenta Illana sobre la última mención de osos en los libros de Antoñana, aunque se conoce un registro posterior en Urquiola en 1871. En cuanto a los linces, denominados en los registros como "tigres" o "gatos cerales", se contabilizaron 11 individuos entre 1625 y 1806.

Illana enfatiza que, a pesar de la considerable cantidad de depredadores, no existe "ni un solo registro de personas muertas por osos, lobos o linces". Este dato desafía la percepción actual sobre el volumen de la población del lobo y el peligro que representan estos animales. Entre 1987 y 2005, en todo Euskadi se mataron 63 lobos, lo que equivale a una media de 3,5 lobos al año, una cifra notablemente inferior a la registrada históricamente solo en la zona de Antoñana. "Hay diferencia, ¿no? De 11 a 3", señala Illana, considerando la actual distribución restringida de los lobos en la zona occidental del País Vasco.

Valor ecológico

La abundancia de depredadores en el pasado sugiere una "importancia ecológica" de Álava, como zona de tránsito entre los Picos de Europa y los Pirineos. El portavoz ecologista destaca el papel de los lobos como "grandes depredadores" que "regulan el propio sistema", y lamenta la ausencia de estos depredadores apicales en la actualidad.

Illana también aborda la controversia sobre la gestión de las poblaciones de lobos. "Los depredadores apicales, como es el caso del Lobo o el caso de la Águila Real, no tienen que ser controlados porque se controlan ellos solos", afirma, utilizando el ejemplo del águila real, protegida desde 1973 sin que se haya producido una superpoblación. "Si en en Euskadi, por ejemplo, hay una capacidad de carga por el territorio por la que puede haber cinco o seis grupos reproductores de lobos, por muy protegidos que estén los lobos, no vamos a tener 12". Además, explica que los ataques al ganado suelen ser más frecuentes cuando los lobos son individuos sueltos buscando territorio, en contraposición a grupos reproductores establecidos que se centran en presas salvajes.

Más allá de los animales abatidos, estos documentos ofrecen una "radiografía social de la época", incluyendo menciones a brujas, la primera aparición de la palabra patata, la peste y alusiones a la Inquisición y a estudiantes universitarios de Oñate.