"Cada vez son más los artesanos que vienen a celebrar la fiesta de la patrona de Álava, Nuestra Señora de Estíbaliz"
Recorremos la sexta edición de la feria de los desagravios y conocemos la reapertura de 'Amaren'

Festividad de Nuestra Señora de Estíbaliz , nos acercamos a la celebración.
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Vitoria-Gasteiz
Las festividades van llegando a su fin, pero este 1 de mayo es un día muy especial en el que además del día de los y las trabajadoras celebramos el día de la patrona de Álava, Nuestra Señora de Estibaliz, con la consiguiente peregrinación de todos y todas las alavesas hasta el santuario, y las campas, para poder disfrutar con la sexta edición de la feria de los desagravios. Desde su nacimiento, en 2018, con el foco puesto en la importancia y puesta en valor del producto local y de cercanía. Un programa muy completo en un entorno incomparable como es el santuario de Estíbaliz. En una cita con la historia, la tradición y la devoción popular.
La jornada arrancó con un cielo cubierto, que fue ganando claridad tras una madrugada de viento y sobresaltos. Miles de alaveses y alavesas han respondido al llamamiento de su patrona, Nuestra Señora de Estíbaliz, y se han sumado a una jornada marcada por la celebración de la feria de los Desagravios, que en su sexta edición se ha consolidado como un referente en el calendario festivo y cultural del territorio.
"Es una fiesta que nace de la leyenda, pero que hoy se ha transformado en un símbolo de unidad y orgullo alavés”, ha indicado, Ander Gondra, responsable de contenidos de Álava Medieval y uno de los impulsores de la feria. “No tenemos constancia documental de aquellas batallas medievales, pero la palabra 'desagravio' sigue viva, y nos sirve para reivindicar el valor de lo nuestro: el patrimonio, la cultura y, cómo no, el producto local”.
Y ese producto local ha sido uno de los grandes protagonistas de la jornada. Más de 40 puestos entre artesanos y productores llenaron los alrededores del santuario, ofreciendo desde txakoli alavés hasta cerveza artesanal, dulces, quesos o los tan esperados talos. Además de muchas otras actividades con la XXX edición del concurso de pintura al aire libre, la exhibición de Kendo, que cogió el relevo a la esgrima medieval del año pasado o el reparto de carne guisada con patatas.
“Lo más bonito de este día es ver a la gente llegar en bici, andando, en autobús, con la ilusión de rendir homenaje a su patrona, pero también de reencontrarse con sus raíces”, concluía Ander Gondra. Y en esa esencia, la Feria de los Desagravios sigue creciendo como punto de encuentro de la identidad alavesa.
Gastronomía alavesa
Jennifer Lacruz, del departamento de marketing de Udapa, nos contaba como "además de los productos de quinta gama hemos estado haciendo, in situ, tortilla de patata y ensaladilla, y no damos abasto. A la gente le encanta poder probar un producto tan de aquí, tan cercano”.
Entre el bullicio y los aromas, también había espacio para la tradición de embutidos. Arantxa Burutxaga, cuarta generación de morcilleras en el valle de Ayala, compartía su entusiasmo: “Hoy es un día grande. Venimos desde Ayala a ofrecer nuestra morcilla ayalesa, que es una mezcla perfecta entre la de Burgos y la vizcaína. Lleva arroz, verdura y mucho cariño", nos contaba Burutxaga que también explicaba una de las muchas formas de comerla. “Si queréis probar algo rico, rellenad unos pimientos con morcilla y besamel. Eso es gloria bendita”.
Patrimonio y cultura
La feria no ha sido solo un escaparate gastronómico, sino también una jornada de divulgación y cultura. Exhibiciones de kendo, junto al popular “Misterio de los canecillos”, una actividad infantil que invita a descubrir las esculturas del santuario de forma lúdica. “Es una forma fantástica de acercar nuestro patrimonio a los más jóvenes”, apuntaba Gondra.
Y en el corazón de todo, la comunidad religiosa que da vida al santuario desde hace dos años; las Hermanas Descalzas de la Eucaristía. La hermana Fátima, visiblemente emocionada, recordaba el compromiso que asumieron al llegar: “Estamos aquí al servicio de todos los alaveses. Este lugar es sagrado, y nuestra labor es acoger, acompañar y revitalizar la vida en Estíbaliz”.
'Amaren'
Esa revitalización incluye no solo actividades religiosas y formativas, sino también la reapertura del bar y restaurante “Amaren Etxea”, gestionado íntegramente por las monjas. “Queríamos que quienes peregrinen hasta aquí puedan sentarse a compartir una comida en un ambiente cálido y familiar. Y sí, servimos pintxos y platos tradicionales, pero también una palabra de esperanza con cada consumición”, explicaba la hermana con una sonrisa.

Jon Dos Santos
Redactor y editor de contenidos en el magazine Hoy por hoy Vitoria




