Lo que hay detrás de la violencia machista: este es el día a día de una Unidad de Valoración Forense Integra

María Segura es trabajadora social, como Itziar Cámara, una de las veteranas. Junto a Ana Abasolo, médica forense, puso las bases de la que hoy es la Unidad de Valoración Forense Integral. Charlamos con ellas y con Rafael Martínez, también médico forense, y Olga de Frutos, psicóloga. Ponen voz al abanico de profesionales que cada día elaboran informes conjuntos tras las exploraciones que realizan a agresores y víctimas. En esta unidad no hay autopsias, pero sí muchas conversaciones sobre interacciones, contextos y formas de violencia.

Todas las personas que pasan por esta unidad vienen derivadas del juez o de la jueza. Conversan sobre el motivo que les ha llevado allí con cada una de estas especialistas. A veces conjuntamente, la mayoría por separado. Tras cada entrevista, hacen una puesta en común para continuar desde otra mirada lo que ha sucedido. Después, toca compartir impresiones y realizar un informe pericial conjunto. Eso les ha llevado a trabajar mucho sobre su especialidad, sobre su visión de la violencia y sobre la necesidad de adaptarse a los cambios sociales y a las relaciones. Cada vez más complejas, nos dicen, cada vez más diversas y cada vez con más riesgo, teniendo en cuenta las redes.

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Su labor no consiste en juzgar, sino en tratar de superar las barreras de la información que les trasladan, “porque aquí la información tiene consecuencias”, nos dice Abasolo. Ha habido casos que no olvidan: niños agredidos que han vuelto como adultos agresores y víctimas que, con vergüenza, relatan un nuevo caso de agresión. Ven a todas las partes, incluidos miembros de la familia si es necesario, y son conscientes de que la verdad y la mentira pasan de despacho en despacho. Buscan elementos objetivos para afirmar o rechazar lo que cuentan, sabedoras de que la mentira y la verdad tienen fronteras muy frágiles. Sobre todo cuando son conscientes de que hay mentiras descaradas y otras que quien las cuenta las siente como verdaderas.

Con los años, creen que la pedagogía es cada vez más necesaria y que, cuanto más expliquen lo que ven, mejor. Consideran que la violencia es muy variada y tan dinámica que analizar su evolución hace muy compleja la fotografía. No toda la violencia es igual ni todas las mujeres, nos dicen, necesitan lo mismo. Han cambiado las relaciones, ha descendido el rango de edad y han aumentado las denuncias. A su juicio, sigue faltando concienciación.

Crónica 24/7