Las personas mayores, el colectivo con riesgo de suicidio más "invisibilizado"
ASAFES organiza mañana en Vitoria el VII Seminario de prevención del suicidio en situaciones vulnerables

VII Seminario de prevención del suicidio en situaciones de vulnerabilidad
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Vitoria-Gasteiz
El suicidio sigue siendo una realidad dolorosa y, a menudo, silenciada en nuestra sociedad. En Euskadi el año pasado fallecieron 141 personas por suicidio, una cifra que triplica, por ejemplo, las muertes por accidente de tráfico. A pesar de la magnitud de estos datos, abordar el suicidio socialmente, sigue un tabú. Para poner luz, claridad y herramientas para abordar las situaciones de riesgo, tanto para profesionales como para público en general, desde ASAFES organizan un año más el VII Seminario de prevención del suicidio este año enfocado en los colectivos más vulnerables: personas jóvenes, con problemas de salud mental y mayores.
La gran acogida, con 650 personas inscritas de Euskadi, Álava e incluso a nivel internacional, demuestra "que hay una pulsión social de necesitar información y formación en torno al suicidio", afirma Vanessa Badillo, gerente de Asafes que remarca el gran sufrimiento de las personas que optan por suicidarse: "no encontrar otra salida más que acabar con con el sufrimiento a través de la muerte resultado de un nivel de dolor y sufrimiento brutal".
Conscientes de esta realidad, en ASAFES han elaborado un protocolo interno para atender las situaciones de riesgo, abarcando desde la prevención hasta la posvención. Badillo destaca la evolución desde "el callar y no molestar a la familia" cuando se producía un suicidio en el seno de la propia asociación- que agrupa a personas y familias afectadas por problemas de salud mental- a escuchar y atender las necesidades no solo de manera preventiva, sino también, si se produce un suicidio.
En las aulas
El acoso escolar es relevante porque implica un nivel de sufrimiento muy alto que a menudo deriva en ideación suicida e intentos, afectando a la población joven, que ya presenta un elevado sufrimiento emocional. Zulaima García, de la fundación Ehunbide, dedicada a mitigar el acoso escolar, corrobora la urgencia: desde su puesta en marcha de la Fundación este curso, han atendido a 48 familias, manteniendo a 23 de manera estable, y "no damos abasto". La necesidad es tal que están en proceso de contratar a una psicóloga clínica especializada en trauma. Los datos son preocupantes: "un tercio de las personas que atendemos más o menos tienen entre 12 y 18 años y de estas la mitad más o menos presentan conductas a lesivas o ideas suicida", explica García.
Para ayudar a los centros educativos, Asafes, junto con Aidatu, ha desarrollado una guía con herramientas y actividades para trabajar en el aula aspectos como la resiliencia, la inteligencia emocional y las habilidades sociales, promoviendo la salud mental y previniendo el suicidio.
Los mayores, los olvidados
Finalmente, las personas mayores son identificadas como "las grandes olvidadas". Cristina Blanco, presidenta de Aidatu, la Asociación Vasca de Suicidiología, subraya un dato impactante: "la mayor tasa de suicidio está en esta población". Aclara que "no son más en números, sino en tasa", indicando que la tasa media en España es de 8.5 por 100.000 habitantes, pero en hombres mayores de 80 años es "más del 40 por 100000". Esta realidad contrasta con el mayor foco social en el malestar juvenil. Blanco critica el olvido de este colectivo en una sociedad que "apuesta mucho por lo joven, lo feliz, lo en fin, lo bonito... nos olvidamos". Señala que se sabe "muy poco" de las condiciones específicas de esta población, ya que se han realizado "muchísimos menos estudios que para infanto juvenil". Factores específicos detectados incluyen la soledad no deseada, el arrinconamiento social, la enfermedad física, sentirse disfuncional o inútil, y un cansancio vital. Para Blanco, la sensación de que "ya no son útiles, de que ya nadie no pueden hacer nada por lo social" y la pérdida de conexión comunitaria son cruciales.
El seminario también incluye un taller práctico que ha agotado sus 30 plazas en una semana, evidenciando la demanda de herramientas concretas.




