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"Somos montañeros, aunque nos llamemos 'de camping'"

El Club Vasco de Camping celebra su 75 aniversario con una gran fiesta y una historia que mezcla montaña, resistencia y sentido de pertenencia. Tres generaciones de presidentes repasan su legado y miran al futuro con orgullo... y debate sobre el nombre.

"Somos montañeros, aunque nos llamemos 'de camping'"

San Sebastián

Este sábado, el Club Vasco de Camping celebra su 75º aniversario con una gran fiesta de confraternización que reunirá a socios, montañeros y amigos. Fundado oficialmente en 1950 tras múltiples trabas políticas, este club emblemático ha sido durante décadas una referencia del montañismo en Euskadi y más allá. Hoy, con casi 4.000 socios, sigue vivo y activo, adaptándose a los tiempos sin perder de vista su identidad.

Para hablar de este importante hito, nos acompañan tres figuras clave en su historia: Jesús María Alquézar, quien fue presidente durante 24 años; Chema, que ocupó el cargo durante dos legislaturas y hoy coordina los actos del 75º aniversario; y el actual presidente, Juan Carlos Sanz, quien apenas lleva un año en el cargo, pero suma medio siglo como socio.

Entre anécdotas y recuerdos, los tres coinciden en destacar el “sentido de pertenencia” que caracteriza al club. “Somos más que un grupo de montañeros. Aquí hay historia, esfuerzo colectivo y pasión por la naturaleza”, afirma Chema. Juan Carlos, “el benjamín” como le llaman, subraya la importancia de los actos conmemorativos: “Este año también celebro mis 50 como socio, así que es doblemente emotivo”.

De la resistencia al reconocimiento

El Club Vasco de Camping nació en una época complicada. La palabra “camping” en su nombre no es casual: fue una táctica para sortear la censura franquista que veía con desconfianza a los clubes de montaña por su potencial “activismo”. Jesús Mari recuerda con precisión los detalles del ardid legal: “Nos lo denegaban todo. Entonces ideamos lo del ‘camping’ para poder funcionar sin levantar sospechas. Y coló.”

Pese a la confusión que el nombre pueda generar hoy —“¿ustedes hacen camping?”, les preguntan fuera del País Vasco—, los tres expresidentes coinciden en mantenerlo. “Tiene historia, carácter y mucha identidad. Ahora lo acompañamos de la frase ‘Club de Montaña’ para aclararlo”, señala Juan Carlos. Aunque, entre bromas, todos reconocen que volverá el debate... quizás de cara al centenario.

Más que deporte: cultura, historia y comunidad

El club no es solo una entidad deportiva. Con secciones que van desde el esquí hasta la fotografía o la literatura de montaña, es una “factoría de naturaleza y cultura”. El Concurso Internacional de Fotografía de Montaña y el Certamen de Literatura son ejemplos de esa vocación integral.

Además, el club fue pionero en popularizar el esquí en la región, llegando a movilizar hasta ocho autobuses semanales hacia Candanchú en sus años dorados. “Era una locura logística, pero también una alegría colectiva”, rememora Jesús Mari.

Hoy en día, el auge de la montaña tras la pandemia ha traído nuevos públicos, retos y, a veces, riesgos. “Hay que salir preparados, conocer el terreno, consultar la meteorología...”, advierte Chema. “Y, sobre todo, estar federado. No solo por los seguros, sino por responsabilidad”, añade.

Un club con el futuro asegurado

Aunque se debate sobre el nombre, no hay duda de que el Club Vasco de Camping goza de buena salud. Sus miles de socios, su capacidad organizativa y su relevancia en la historia del montañismo vasco lo mantienen como una referencia ineludible.

“Somos parte del paisaje cultural de Donostia”, concluyen los tres. “Y la montaña, con sus cimas, historias y valores, seguirá siendo nuestro lugar de encuentro.”