"No estamos preparados para más turismo: falta agua, parkings y transporte": vecinos de Urdaibai analizan el impacto del Guggenheim
Los vecinos expresan en el buzón habilitado por las instituciones para recabar su opinión preocupaciones por un turismo masivo, infraestructuras y pérdida de identidad, mientras otros ven oportunidades económicas
La posible llegada de un nuevo museo Guggenheim a Urdaibai ha desatado un intenso debate entre los residentes de la comarca. En un proceso de consulta abierta, decenas de vecinos han compartido sus opiniones, revelando un abanico de posturas que van desde el rechazo frontal hasta el cauteloso optimismo, pasando por demandas concretas para garantizar un desarrollo sostenible.
"Nos están tomando el pelo": desconfianza y críticas al modelo
Algunos residentes, especialmente aquellos vinculados a entornos rurales, han mostrado su escepticismo. "Vivimos años de restricciones para reparar tejados o cerrar terrenos, y ahora, con el Guggenheim, todo parece posible. ¿Por qué para una empresa privada sí y para nosotros no?", cuestiona un vecino de Murueta. La percepción de que el proyecto prioriza intereses económicos sobre las necesidades locales se repite: "Es suelo público recalificado para un 'chiringuito' privado. Mientras, nuestras tierras contaminadas por antiguas industrias siguen sin descontaminarse".
La sombra del turismo masivo planea sobre muchas intervenciones. "¿Dónde aparcarán 140.000 visitantes anuales? Nuestros pueblos costeros ya están colapsados en verano", advierte una habitante de Mundaka. Otros señalan carencias básicas: "Faltan guardas ambientales, el agua escasea y el transporte público es insuficiente. ¿Cómo acogeremos más gente?".
Oportunidades versus identidad: el dilema de Urdaibai
No todas las voces son críticas. Algunos reconocen el potencial económico del proyecto, pero exigen condiciones. "Si se hace, que sea con empleo local y respetando la biosfera. No queremos otro Casco Viejo de Bilbao lleno de franquicias", comenta un joven de Bermeo. Sin embargo, prevalece el temor a la pérdida de autenticidad: "Nos convertiremos en un escaparate. Vendrán a ver cómo éramos, no cómo somos", lamenta una residente de Gernika.
La falta de transparencia también genera malestar. "Hablan de 'turismo cualificado', pero no explican cómo evitarán la masificación. Urdaibai no es Bilbao: aquí el espacio es limitado", reclama un ecologista. Otros apuntan a contradicciones históricas: "Nos declaran Reserva de la Biosfera y luego proponen macroproyectos. ¿Dónde queda la coherencia?".
¿Qué piden los vecinos?
Entre las demandas recurrentes destacan:
- Infraestructuras previas: Mejoras en agua, transporte y movilidad sostenible antes de cualquier obra.
- Protección de la vivienda: Regulación de alquileres turísticos para evitar la expulsión de residentes.
- Participación real: "Que no decidan por nosotros. Queremos detalles concretos", exige un colectivo vecinal.
Mientras, las instituciones insisten en que el proyecto "generará empleo y riqueza". Pero, como resume un vecino de Busturia: "El dinero público debería resolver primero lo básico. Sin eso, el Guggenheim solo traerá más problemas que soluciones".
