Hora 14 Euskadi
Sociedad

“El sistema judicial no va a acompañar a esta madre, porque él ha decidido suicidarse”

La abogada Marta Dolado alerta del vacío legal e institucional que enfrentan las madres víctimas de violencia vicaria, tras el asesinato de una menor de 13 años en Bilbao a manos de su padre

“El sistema judicial no va a acompañar a esta madre, porque él ha decidido suicidarse”

Bilbao

Han pasado más de 24 horas desde que Bilbao se despertara con una noticia devastadora: una niña de 13 años fue asesinada en el barrio de Larraskitu, presuntamente a manos de su padre, que se quitó la vida después del crimen. La investigación apunta a un nuevo caso de violencia vicaria, esa forma extrema de violencia machista que se ejerce contra los hijos o hijas con el objetivo de dañar a la madre. Un asesinato sin posible defensa ni juicio. Sin justicia.

En Hora 14 Euskadi, hemos hablado con Marta Dolado, abogada especializada en Derecho Penal y Violencia de Género en el módulo psicosocial Ausolan, para abordar cómo responde —o no responde— el sistema judicial ante tragedias como esta. “Lo terrible es que el sistema no va a acompañar a esta madre. Al suicidarse el agresor, no hay posibilidad de condena. No habrá juicio, no habrá enfrentamiento, no habrá reparación. Solo queda el dolor”, lamenta Dolado con crudeza.

“No se reconoce el daño hasta que es irreversible”

La jurista pone el foco en una de las grandes carencias del sistema actual: la ausencia de tipificación penal específica para la violencia vicaria. Aunque el concepto ha sido recogido por jueces en resoluciones judiciales y empieza a formar parte del lenguaje jurídico, no tiene aún un espacio definido en el Código Penal. “Es más un término periodístico que jurídico”, explica Dolado. “Sin embargo, sabemos que se está trabajando para su inclusión como delito específico, lo que facilitará su persecución”.

Desde Madrid, donde participa en el IV Congreso de Violencia Vicaria e Institucional, la abogada comparte el ambiente de dolor y exigencia de justicia que se vive en estos días: “Estoy rodeada de madres como Juana Rivas, mujeres que ya han sufrido lo más brutal. El asesinato de sus hijos, sí, pero también el desprecio institucional, la falta de credibilidad, el abandono de los mecanismos legales que deberían protegerlas”.

Para Dolado, esta doble victimización —la violencia del agresor y la indiferencia del Estado— es lo que define la violencia institucional: “Estas mujeres no solo han perdido a sus hijos. Han perdido la confianza en la justicia. Denunciaron, advirtieron, suplicaron, y no se las escuchó. Y cuando el daño se ha consumado, entonces es cuando el sistema reacciona. Tarde. Siempre tarde”.

El clamor de las madres

El congreso, a diferencia de otros encuentros más jurídicos o técnicos, está siendo un espacio profundamente emocional, donde las madres comparten no solo datos, sino vivencias. “Aquí no se está hablando solo de leyes. Se está llorando, se está gritando, se está compartiendo el vacío. Las madres están destrozadas. Por lo que les han hecho con sus hijos y por lo que les sigue haciendo el Estado, que no las cree ni las ampara”, afirma Dolado.

Este último crimen en Bilbao reabre el debate sobre las medidas de protección a menores en contextos de violencia de género, las custodias compartidas impuestas y la necesidad urgente de dotar de herramientas al sistema judicial para prevenir la violencia vicaria antes de que sea irreversible.

Desde el ámbito jurídico, Marta Dolado lanza una reflexión clara y dura: “Cuando no se reconoce el maltrato, cuando se ignora el riesgo, cuando se obliga a compartir la crianza con un agresor, el sistema no solo falla: también se convierte en cómplice”.