Carlos Elgezua, el artista discreto

La sección dedicada a la Historia en 'Hoy por hoy Eibar' se ha centrado esta semana en la vida y la trayectoria del escultor eibarrés Carlos Elgezua. Nacido en Eibar en 1898, fue un brillante escultor con diversas obras en Eibar o en Getaria.

Tal y como nos ha contado Nerea Alustiza, colaboradora de Radio Eibar, Elgezua fue un artista discreto que "merece un mayor reconocimiento del que tiene".

Carlos Elgezua nació en Eibar el 3 noviembre de 1898 en la calle Bidebarrieta, en la casa llamada Pedro Martingua, junto al puente de Arikitza. En sus inicios estudiaba dibujo durante el día con José Felipe Artamendi y Toribio Zulaica, y por la noche acudía a las clases del maestro Jazinto Olabe. Su padre, cuya profesión era la de ebanista, consciente de la necesidad que tenía de tener a un tallista, le envió a Vitoria cuando Karlos Elgezua tenía 16 años. Su maestro fue Felipe Larrinoa, que tenía un taller en el Campillo, muy cerca de la catedral vieja. Al llegar a la edad de hacer el servicio militar, y tras el reglamentario sorteo, le hicieron soldado de cuota, es decir: mediante el abono de 2.000 pesetas tenía derecho a escoger la plaza. Él escogió Bilbao, y mediante el oportuno permiso, le permitían asistir a clase de 7 a 9 de la noche en la Escuela de Artes y Oficios con el profesor D. Higinio de Basterra.

Premio con un busto de su padre

Su primera escultura fue el busto de su padre, trabajo con el que ganó en el año 1.923 el primer premio en escultura organizado por la Diputación de Guipúzcoa, en el "concurso de artistas noveles", dotado con 1.000 pesetas. Tres años más tarde volvería a ganar el primer premio con dos obras; también en el VIII Certamen -1.928- en el que presentó siete obras.

En 1.925, con los ahorros obtenidos y con el franco cotizando a la baja, estudió en una academia de dibujo en París; bajo los consejos de su paisano Ignacio Zuloaga, se dedicó por entero al trabajo .Alrededor del año 1.929, con motivo de la restauración de la imagen de la Virgen de Arrate, improvisó un taller-estudio en la sacristía del santuario, y se dio cuenta de que la imagen estaba deteriorada por las sucesivas restauraciones de manos inexpertas. Despojándola de toda la vestimenta de puntillas, bordados y adornos, descubrió una estupenda talla del siglo XII.En 1.936, a pesar de la situación política, estuvo en Roma varios meses. El secretario de la Academia de Bellas Artes Española era un guipuzcoano de Tolosa, de nombre Olarra, que le facilitó la utilización de los servicios de la Academia. Según el propio Elgezua allí encontró el ambiente propicio de estudio y facilidades para aprender.

Elgezua dominó toda clase de material: madera, piedra…. Tenía preferencia por el retrato, le gustó siempre la figura, creando imágenes de pelotaris o montañeros.

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El Ayuntamiento de Eibar encargó a Karlos Elgezua el busto de Ignacio Zuloaga, inaugurado el 24 de Junio de 1.951, en la plazoleta de los Zuloaga, muy cerca de la iglesia de San Andrés. Suyo es también el medallón de la escultura en homenaje al doctor Niceto Muguruza. actualmente instalado en uno de los jardines de la calle Bidebarrieta. Asimismo es un trabajo suyo el busto de Julián Etxebarria en la entrada de Armeria Eskola. Otra de sus obras destacadas es la del Cristo de la iglesia San Salvador de Getaria.

Carlos Elgezua, que vivió buena parte de su vida en Astigarraga, localidad de la que fue nombrado "hijo adoptivo", falleció en 1987.