Uno de cada dos adultos tendrá hemorroides: así han mejorado los tratamientos

Vitoria-Gasteiz

Aunque muchas personas evitan hablar de ellas, las hemorroides son una afección muy común: se estima que hasta el 60% de la población sufrirá una crisis hemorroidal a lo largo de su vida, según datos de la Asociación Española de Coloproctología. Sin embargo, los avances médicos permiten hoy un tratamiento eficaz, con mínimas molestias y sin necesidad de largos postoperatorios.

Las hemorroides son dilataciones venosas que se producen en el canal anal y pueden causar síntomas como sangrado, picor, escozor o dolor al defecar. Aunque pueden estar relacionadas con el estreñimiento, el embarazo o hábitos de vida poco saludables, su aparición no siempre tiene una causa clara.

“El principal motivo de consulta es el sangrado al defecar, aunque muchas personas retrasan su visita al especialista por vergüenza o miedo al dolor”, explica el doctor Carlos Emparan, especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Quirónsalud Vitoria. “Y, sin embargo, hoy en día disponemos de técnicas que permiten resolver el problema sin apenas molestias para el paciente”.

Cuando acudir al especialista

Ante cualquier sangrado rectal, molestias persistentes, picor, escozor o sensación de bulto en la zona anal, los especialistas recomiendan no automedicarse ni ignorar los síntomas. Un diagnóstico precoz es clave para aplicar el tratamiento más adecuado y evitar complicaciones.

“Las hemorroides son frecuentes, tienen solución y no hay motivo para vivir con dolor o incomodidad. Hoy podemos resolver el problema sin sufrimiento y con todas las garantías”, subraya el doctor Emparan.

Tras una valoración individualizada, que incluye una exploración física y una anoscopia, el tratamiento se adapta al grado de afectación hemorroidal. “Clasificamos las hemorroides en cuatro grados, y no todas requieren cirugía. Muchas veces basta con modificar la dieta, mejorar el tránsito intestinal y emplear tratamientos locales”, señala el especialista.

En los casos más avanzados, o cuando hay sangrado recurrente y molestias importantes, se recurre a la cirugía. Y es precisamente aquí donde más ha evolucionado el tratamiento.

“La cirugía tradicional ha quedado prácticamente relegada. Hoy optamos por técnicas mínimamente invasivas, como el uso de láser de última generación o el endograpado circular, que reducen drásticamente el dolor y el tiempo de recuperación”, indica el doctor Emparan.

Mientras que las técnicas clásicas podían requerir hasta tres semanas de recuperación con molestias importantes, los nuevos procedimientos permiten que muchos pacientes retomen su actividad habitual en menos de cinco días.

“El dolor postoperatorio es muy leve o incluso nulo en muchas ocasiones, lo que ha cambiado radicalmente la experiencia del paciente”, concluye el especialista.