Más de 300 vascos siguen en Cuelgamuros: “Es una tarea entre lo muy difícil y lo imposible”
El antropólogo forense Paco Etxeberria destaca el valor del reconocimiento institucional y social a las víctimas del franquismo y subraya la importancia de transmitir la memoria histórica a las nuevas generaciones

Más de 300 vascos siguen en Cuelgamuros: “Es una tarea entre lo muy difícil y lo imposible”
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Bilbao
El prestigioso forense y antropólogo Paco Etxeberria ha sido testigo directo de muchas de las heridas del pasado que aún siguen abiertas en Euskadi. En plena quinta campaña de exhumaciones en el cementerio de Amorebieta y con el anuncio de una escultura con restos bélicos recuperados de fosas, Etxeberria reivindica en 'Hora 14 Euskadi' la necesidad de convertir la memoria en un bien compartido y pedagógico: “Las víctimas lo que piden son reconocimientos”.
Reconocimiento institucional y social: "Muy emocionante para las familias"
Etxeberria celebra la iniciativa impulsada por el Instituto Gogora de transformar restos bélicos en una escultura pública. Para él, “es una brillante idea, porque todas las víctimas necesitan reconocimiento. Ese reconocimiento puede ser social, que yo creo que existe, pero también tiene que ser institucional”.
En ese sentido, valora el respaldo de las instituciones vascas a este tipo de proyectos: “Aquí, a nivel de ayuntamientos, diputaciones, juntas generales, Gobierno Vasco, no existe ningún problema para apoyar estas iniciativas”.
Y subraya el impacto que estos gestos tienen en los familiares de las víctimas: “Cuando se hacen esos actos de reconocimiento y hay presencia institucional que dice, aunque sea brevemente, que aquello fue injusto, para las familias es siempre muy emocionante”.
Valle de Cuelgamuros: “Una tarea entre lo muy difícil y lo imposible”
Etxeberria también participa en los trabajos de localización de víctimas del franquismo enterradas en el Valle de Cuelgamuros, donde se estima que hay más de 300 personas de origen vasco. De ellas, unas 40 ya tienen reconocido el derecho a la exhumación.
Pero el camino no es fácil: “Siempre hemos dicho que no podemos generar falsas expectativas. Allí hay 33.000 esqueletos. Poder localizarlos no es nada fácil y todo depende del nivel de conservación de las cajas de madera en las que se trasladaron”.
Además de la dificultad técnica, ha habido trabas judiciales: “Durante 2024 estuvimos medio parados por recursos de la extrema derecha que pretendían frenar estas tareas. Afortunadamente, la justicia siempre ha respaldado la legitimidad de las familias”.
Desde abril de 2025, los trabajos se han retomado con más regularidad: “Estamos allí prácticamente todas las semanas, siempre atendiendo primero a los casos con solicitud familiar”. En Euskadi, al menos uno ya se ha resuelto con éxito.
“La verdad técnica tiene que transformarse en verdad reconocida”
Desde su perspectiva forense, Etxeberria insiste en que no se puede reparar lo que no se conoce: “Para poder hacer reconocimientos se necesita primero estudiar, analizar, generar una verdad. Esa verdad puede ser técnica, histórica o forense, pero debe transformarse en algo que se reconozca institucionalmente”.
Esa es la labor, explica, de los peritos que elaboran informes trasladados a instituciones como Gogora: “Solo así se puede generar esa verdad formal y oficial que se necesita”.
La memoria y la juventud: “No es verdad que los jóvenes no tengan interés”
Uno de los grandes retos es transmitir esa verdad a quienes no vivieron la dictadura ni sus consecuencias. Por eso, iniciativas como exposiciones pedagógicas cobran especial importancia: “Hace falta mucho apoyo de expertos en pedagogía, porque un informe técnico forense no tiene atractivo para alguien de 18 años”, reconoce.
Sin embargo, discrepa de quienes afirman que la juventud no muestra interés: “No sé qué gente joven no tiene interés, porque nosotros, cuando damos la oportunidad de que vengan a una exhumación, no tenemos sitio para todos los chicos y chicas que quieren participar”.
Para él, esa implicación tiene un valor doble: “Cuando viene gente joven y se emociona por lo que ve, es muy satisfactorio. Algunos nos dicen que lo más emocionante de su paso por la universidad fue estar en una exhumación con los familiares delante”.
"Nos jugamos el bienestar democrático"
Más allá de los casos concretos, Etxeberria pone el foco en lo que representan: “Cada vez que encontramos a uno representa un poco a los demás. Puede que algunas familias no lo sientan como suficiente, pero en general lo comprenden”.
Para el forense, la memoria histórica no es solo una cuestión del pasado, sino del presente y del futuro: “En materia de fosas, no solo les asesinaron, también los escondieron para que no se encontrasen. Por eso cada hallazgo repara un olvido y refuerza los valores democráticos”.

Aitor Pérez
Periodista de Radio Bilbao desde 2022. Informando de lo que ocurre en Bizkaia. Antes en Mediaset Sport...




