Cinco monjas ancianas permanecen en Orduña tras rechazar su traslado por parte del Arzobispado y la justicia

Una comisión judicial, representantes del Arzobispado de Burgos y agentes de la Guardia Civil se han desplazado este viernes al monasterio de Belorado (Burgos) y posteriormente al de Orduña (Bizkaia), donde actualmente se encuentran cinco monjas de avanzada edad que no se sumaron al cisma religioso protagonizado en mayo de 2024 por un grupo de exmonjas clarisas.

El objetivo de la visita era comprobar su estado de salud y conocer su voluntad de ser trasladadas a otros monasterios de la Federación de las Clarisas, al margen de la comunidad cismática.

Las monjas no quieren ser trasladadas

Según ha informado a los medios el abogado Enrique García de Viezma, que representa a las exmonjas de Belorado, cuatro de las cinco religiosas han manifestado su deseo de permanecer junto a ellas, mientras que la quinta no se encuentra en condiciones de comunicarse.

“El traslado contra su voluntad sería un atropello”, ha afirmado el letrado, quien también ha cuestionado “las prisas por llevárselas” por parte de las autoridades eclesiásticas.

Contexto judicial: sentencia de desahucio

La actuación coincide con la reciente sentencia del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Briviesca, que da la razón a la Iglesia Católica y ordena el desalojo de las ocho exmonjas del monasterio de Belorado. Aunque el fallo no fija una fecha, la defensa de las religiosas ha anunciado su intención de recurrir.

Estas cinco monjas ancianas no están excomulgadas y, según el Arzobispado de Burgos, siguen formando parte oficial de la comunidad religiosa reconocida por la Iglesia.

Traslado previo a Orduña

Cuando la comisión judicial acudió el miércoles a Belorado para entrevistarse con las religiosas, comprobó que ya habían sido trasladadas a Orduña, presuntamente el día anterior, según reconocieron las exmonjas.

Este viernes, la comitiva se trasladó al monasterio de Santa Clara de Orduña, donde se encuentran ahora las cinco religiosas. A pesar de ofrecerles la posibilidad de ser acogidas en otros monasterios, ninguna fue finalmente trasladada.

Silencio institucional

La Guardia Civil ha confirmado a EFE su presencia en ambas actuaciones, pero ha rehusado hacer declaraciones, dado que el caso sigue judicializado.

Mientras tanto, las cinco religiosas siguen viviendo en el monasterio de Orduña, bajo el cuidado de las exmonjas, a la espera de que se resuelva el conflicto en los tribunales.