Sociedad

Los migrantes malienses siguen sin un lugar de acogida

La falta de respuestas institucionales prolonga la situación de calle, mientras los vecinos de Amara suplen con solidaridad lo que debería garantizar la administración

Los migrantes malienses siguen sin un lugar de acogida

La esperada reunión entre la Asociación de Vecinos de Amara y las instituciones, en la que se pedían soluciones urgentes a la situación de personas en situación de calle en el barrio, aún no se ha celebrado. Lo más preocupante, según denuncian los vecinos, es que ni siquiera hay una fecha definida para que se lleve a cabo.

La creciente presión vecinal y la atención mediática que ha despertado el caso han obligado a las instituciones a reaccionar, aunque de forma lenta e insuficiente. Mientras tanto, la incertidumbre continúa marcando la vida diaria de quienes aún duermen en la calle, muchas veces bajo los soportales del barrio.

Xavier Berridi, presidente de la Asociación de Vecinos de Amara, ha sido claro al respecto:

“Está claro que la mano del ayuntamiento no está para dar el cartel de refugiado, pero sí debería estar para buscarles un alojamiento. Esto no puede seguir así. No podemos seguir viendo a la gente de quinta categoría aquí en la calle. Y eso que ahora hace buen tiempo... pero esto no puede continuar así”, expresó con firmeza.

Frente a la inacción institucional, los propios vecinos del barrio se han volcado en organizar redes de apoyo solidario. Se han formado comisiones que preparan desayunos, cenas, clases de castellano y apoyo comunitario. César Ulises, uno de los voluntarios, afirma que han tenido que actuar ante el vacío dejado por las administraciones:

“Nos hemos organizado un poco para tratar de ir resolviendo lo que tendría que resolver las distintas administraciones. Aquí le apostamos por la solidaridad y por la buena vecindad.”

A pesar del ejemplo de solidaridad ciudadana, la situación de calle sigue sin resolverse y exige una respuesta institucional urgente. Desde Amara, el mensaje es claro: la ayuda vecinal no puede sustituir a las políticas públicas.