Más que velocidad: dos moteras de Bizkaia relatan su aventura en la peligrosa Isla de Man
Irati Martins y Aroa Montes viajaron solas al legendario Tourist Trophy, una de las competiciones de motociclismo más peligrosas del mundo, para cumplir un sueño: rodar en un trazado mítico donde la pasión por las motos lo impregna todo
Más que velocidad: dos moteras vizcaínas relatan su aventura en la peligrosa Isla de Man
Bilbao
La Isla de Man, situada en el mar de Irlanda entre Gran Bretaña e Irlanda, acoge desde 1907 una de las carreras más extremas del mundo del motor: el Tourist Trophy. Se trata de un evento legendario que se celebra entre mayo y junio en las estrechas carreteras de la isla, cerradas al tráfico para la ocasión. Con un trazado de más de 60 kilómetros y 219 curvas, su peligrosidad está fuera de toda duda: solo en una edición, la de 1982, no se registraron fallecidos entre los pilotos oficiales.
Hasta allí viajaron este año Irati Martins y Aroa Montes, dos moteras vizcaínas que decidieron embarcarse en esta experiencia por su cuenta, sin un grupo organizado, movidas por la pasión y el deseo de vivir desde dentro uno de los eventos más míticos del motociclismo mundial. Ambas han estado en 'Hoy por Hoy Bilbao-Bizkaia' contando su experiencia.
“Es como dejar suelto a un niño en una piscina de bolas”
"Es impresionante. Imposible imaginar que alguien pueda ir tan rápido con una moto en una carretera", cuenta Aroa, que solo lleva cuatro años montando en moto y aún así no dudó en subirse a la aventura. Para ella, fue su primer gran viaje motero. Irati, más veterana, lleva en el mundo de las dos ruedas desde los 10 años y se inició en la carretera a los 21. Ambas coinciden: "El trazado, la libertad de rodar sin límites y la cultura motera que se respira allí son únicos".
Durante las semanas de entrenamientos y carreras, el trazado se cierra al tráfico. Pero cuando se abre, los aficionados pueden circular libremente, sobre todo en la zona de montaña, sin límite de velocidad. “Es como dejar suelto a un niño en una piscina de bolas”, bromean. Sin embargo, no todo es diversión. Vivieron de cerca las consecuencias del riesgo: “Hubo días en los que no se pudo acceder a la montaña por accidentes con fallecidos. Allí lo tienen asumido, lo normalizan mucho”, relata Irati.
Mujeres moteras: visibilidad en un mundo masculino
Su experiencia llamó la atención de muchos. "La gente se sorprendía de que hubiésemos venido solas, dos chicas, desde Bilbao", explican. "Había grupos de moteros, sobre todo hombres mayores, con motos espectaculares, pero mujeres apenas vimos", añade Aroa. En parte, este tipo de viajes requieren una inversión económica considerable y experiencia sobre la moto.
Ambas forman parte ahora de un grupo llamado "Más Curvas", formado por seis mujeres moteras que recorren carreteras del norte peninsular, desde la costa vasca hasta desfiladeros en Cantabria o zonas de montaña en Burgos y Asturias. "Todavía hay pocas mujeres que se animen, pero cada vez somos más. Aun así, todavía queda camino por recorrer en cuanto a igualdad y visibilidad en este mundo", destaca Irati.
“A las motos se les coge cariño, son como un pulmón más”
Irati conduce una Suzuki GSXR 600, mientras que Aroa pilota una Kawasaki R6N. Les une no solo la afición, sino la devoción: "A las motos se les coge cariño, son como un pulmón más", asegura Aroa.
Además de la adrenalina, el civismo es otro de los aspectos que más les impresionó en la Isla de Man. “Allí dejas el casco en la moto y nadie lo toca. Aquí tengo la moto guardada con miedo a que me la roben”, lamenta Irati.
Ambas graban sus rutas con cámaras y repasan después los recorridos para corregir errores. Para ellas, no se trata de correr por correr, sino de disfrutar, aprender y compartir. "No hace falta ir rápido para gozar de la moto. Pero si te gusta, hay que lanzarse", animan.
¿Volverán? Sin dudarlo. Estuvieron en 2024 y ya planean regresar en 2026. “Es una experiencia única, hay que vivirla al menos una vez en la vida”.