Incidente o Accidente
A principios del siglo XX, un periódico local daba cuenta de un curioso accidente ocurrido en en uno de los cantones de nuestra ciudad
El cantón de San Roque, donde se cuenta ocurrió el suceso / Leire Baztarrika
Vitoria-Gastiez
El cantón de San Roque, donde se cuenta ocurrió el suceso / Leire Baztarrika
El diario local Heraldo Alavés, publicaba en 1908 y en primera página, una noticia, que la titulaba como aquí lo hacemos. Me pico la curiosidad el encabezamiento y pase a leer su contenido, que era de lo mas sorprendente,
Comenzaba la crónica de esta forma: “Esta tarde ha ocurrido una escena semi-seria en el cantón de San Roque, que ha podido tener grandes consecuencias, las cuales por fortuna, no han resultado”.
La protagonista era una mujer y el periodista daba estos detalles de lo ocurrido: “El suceso ha sido en la parte más estrecha del cantón, o sea a su salida a la calle de la Herrería. Una señora elegante y de bastante tonelaje y llevando sobre la cabeza un sombrero arnero, de esos de alagacha, que parecen un paracaídas, ha quedado atascada en aquella angosta salida. Gracias a un municipal, varios transeúntes, unas comadres de las casas próximas y un par de mulas traídas de la casa de las posadas -situada frente al jardín del palacio de los Álava- ha podido la aludida señora ser sacada del atasco, sin daño para su persona ni para su sombrero”.
La información daba cuenta de los daños colaterales sufridos por un guardia y de la expectación registrada en el lugar: “El municipal ha resultado con un arañazo en la nariz, causado por las uñas de la dama; y unos desconchados en las dos esquinas de las casas del cantón, producidas por el sombrero de la interfecta. El suceso ha reunido en la plazuela frontera al cantón a buen número de curiosos, atraídos por la novedad del espectáculo”.
El periódico señalaba las medidas adoptadas por las autoridades, para que no volviera a suceder cosa parecida: “En el lugar del suceso nos han dicho que la Junta Central de Reformas Sociales, de acuerdo con el ministro de la Gobernación, el gobernador de la provincia de Álava y el municipal de servicio, esta tarde en el dicho cantón, acordarán publicar una ley prohibiendo a las señoras que anden por los cantones, llevar sombreros, cuyo perímetro exceda de cuatro varas y ochenta y tres centímetros, a fin de evitar incidentes como el de hoy, y que sufra intermitencias sensibles la circulación de las gentes y averías costosas en las fachadas de las fincas urbanas. Con que ya lo saben nuestras bellas: de hoy en adelante ya no se podrán lucir sobre sus lindas cabecitas sombreros que tengan un perímetro mayor de cinco varas castellanas. Tampoco podrán ser adornados esos armatostes con pájaros que tengan mayor tamaño que un cóndor o un avestruz, éste, claro está, excluyendo las patas”.
Al leer las primeras líneas del artículo, durante unos segundos me creí la noticia y me reí a gusto. Continué leyendo alguna línea más, y pensé que tal percance no era posible que fuera cierto, y mire la fecha del periódico. El diario era del 28 de diciembre, el día de ¡Los Santos Inocentes!.
