La seguridad que enciende la Semana Grande de Donostia

San Sebastián

Los fuegos artificiales son uno de los eventos más especiales y multitudinarios de la Semana Grande donostiarra. Acuden alrededor 50.000 personas a la playa de La Concha cada noche para ver los espectáculos pirotécnicos, y se calcula que otros 50.000 ven estos espectáculos desde otros puntos de la ciudad.

Jon Insausti, concejal de Actividades Festivas, declara que para que algunos puedan disfrutar de las fiestas, otros tienen que trabajar en la sombra para asegurar que no suceda ningún incidente. 185 personas trabajan en esa "sombra" todas las noches para que se pueda disfrutar de los fuegos artificiales. Entre ellas se encuentran trabajadores de agencias como DYA, Cruz Roja, Protección Civil, Guardias Municipales...

Los fuegos artificiales están condicionados por la desventaja de que se realizan en Alderdi Eder, una zona urbana; y por la ventaja de que tiene proximidad con el mar y la playa. Esto crea la necesidad de crear un plan de seguridad y emergencia, ya que se dan los motivos principales para aplicar este plan, las cuales son echar más de 100 kg de material y la asistencia de 10.000 personas.

Estas medidas establecen distancias de seguridad en la zona que se van a lanzar los fuegos artificiales, las cuales van en función del diámetro del material lanzado, la inclinación de lanzamiento o si el material es de repetición o estándar. Jon Uranga, miembro de Protección Civil, explica que dividen las zonas de lanzamiento en cuatro cuadrantes: la zona del mar (214 metros de distancia, la cual es mayor porque los materiales más potentes se lanzan hacia este lado), el lateral izquierdo (163 metros de distancia), el lateral derecho (163 metros de distancia) y la zona trasera (156 metros de distancia).

Una vez delimitada la zona de seguridad, hay que gestionarla. Para ello, Uranga expresa que una vez realizado todo esto, hay que vaciar la zona, baldear las calles y las áreas sensibles, activar todos los recursos y medir el viento, ya que este último factor puede afectar al lanzamiento del espectáculo pirotécnico.

El agente de la Guardia Municipal de Donostia, Juan Carlos Lazcano, declara que en este trabajo colaboran las agencias y servicios de Ertzaintza, la Guardia Municipal, agentes de Movilidad, Sur Euskadi, electricistas, brigadas de limpieza, Puesto de Control Operativo, Cruz Roja y DYA. De estos, 26 agentes trabajan en el PCO y hasta 90 agentes se encuentran desplegados por la ciudad.

Lazcano expone cómo empiezan a las 21:00 vaciando la terraza del Aquarium. A las 21:30 inician colocando alrededor de 130 vallas para aislar la zona de seguridad, permitiendo la salida de ella pero no la entrada, para que a las 21:45 realicen el primer control de situación en las zonas. A las 22:30 aseguran que la zona esté limpia, incluyendo el vaciado de 19 establecimientos de hostelería y avisar a los residentes de que no pueden entrar en la zona a partir de esa hora. Es recomendable no salir al balcón a esa hora. Cuando se asegure que la zona está limpia, se inician los fuegos artificiales. Cuando estos finalicen, aseguran la zona para prevenir rescoldos y posibles riesgos. A las 23:30 continúan con la jornada para asegurar que los toros de fuego salgan bien.

La zona que se vacía engloba a la Avenida de la Libertad, la Calle Garibay, la plaza detrás del kiosco en el Boulevard, la Calle Mayor, la Calle Mari, el primer muelle del puerto, el náutico y parte de Alderdi Eder.