¿Periodistas humanos o artificiales? La IA revoluciona las redacciones y plantea retos éticos
Terese Mendiguren, miembro del grupo Gureiker de la UPV, advierte sobre los riesgos de no distinguir "entre contenido humano y automático"

El periodista artificial creado por IA
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Vitoria-Gasteiz
La inteligencia artificial ha llegado con fuerza, e incluso en algunos casos se ha instalado, en las redacciones de los medios de comunicación. ¿Estamos ante el fin del periodismo humano? ¿Pueden los periodistas de carne y hueso ser sustituidos por versiones artificiales? Estas son las dos grandes cuestiones que planean en el horizonte, ya no sólo para los miembros de las redacciones, sino para los estudiantes que están cursando ahora mismo periodismo y que ven cómo puede cambiar todo.
“El periodista artificial ya existe, y aunque suene a ciencia ficción, como un episodio de Black Mirror, la realidad es que ya estamos escuchando voces que no son reales”, ha indicado la investigadora del grupo Gureiker de la UPV, Terese Mendiguren. Medios internacionales como Bloomberg, Reuters o The Guardian ya emplean IA para generar noticias, especialmente en ámbitos donde priman los datos, como los resultados deportivos o informes bursátiles.
Cabe destacar que la irrupción del periodista artificial no supone necesariamente una amenaza, pero sí exige un debate profundo sobre los límites, el control y la transparencia. Como ha remarcado Teresa Mendiguren, “no todo es malo, pero hay que saber cuándo hay mano humana… y cuándo no”.
Ventajas claras, pero con matices
“El uso de inteligencia artificial permite generar artículos a partir de datos en bruto, proponer titulares e incluso imitar el estilo de un periodista”, ha indicado Mendiguren. A su vez ha destacado que "esta tecnología ofrece beneficios evidentes, ya que libera a los periodistas de tareas repetitivas, permite una cobertura más ágil y abre nuevas formas de narrar la actualidad”.
Casos como Ana Futbot, un sistema desarrollado para redactar resúmenes deportivos, muestran cómo la IA ya está integrada en los flujos de trabajo periodísticos. Sin embargo, en palabras de Mendiguren, "esto no significa que se esté prescindiendo por completo de la mano humana, ya que lo habitual es que haya revisión editorial, pero si no la hay, debería indicarse claramente”.
El problema de la transparencia
Y es que, para Mendiguren, uno de los principales desafíos del periodista artificial es ético: “No saber si una noticia ha sido escrita por una persona o una máquina genera desconfianza". Los medios deberían indicar siempre si un contenido ha sido producido o asistido por inteligencia artificial. “Saber quién o qué ha generado la información es clave para evaluar su fiabilidad. Por transparencia y por responsabilidad”.
La investigadora del grupo Gureiker también alerta del auge de los presentadores y comunicadores virtuales en redes sociales y televisión. “Con las herramientas actuales es muy difícil distinguir si estás viendo a un ser humano o a una figura generada por IA. Casos como Alba Renai o Aitana López, influencer creada por una agencia barcelonesa, muestran lo realista que puede llegar a ser un avatar digital”.
Nuevos formatos, nuevas audiencias
Aunque reconoce los riesgos, Mendiguren también ve oportunidades. La IA puede conectar con públicos más jóvenes que no consumen medios tradicionales. “Para generaciones que no ven televisión ni leen periódicos, estos avatares digitales son sus nuevos comunicadores”, ha indicado.
Sin embargo, insiste en la necesidad de regular y señalar claramente los contenidos generados por IA. “El mayor problema se da en redes sociales, donde la confusión es aún mayor. Saber si quien informa es real o no es crucial en una sociedad democrática”.

Jon Dos Santos
Redactor y editor de contenidos en el magazine Hoy por hoy Vitoria




