Un cooperante bilbaíno regresa de Gaza tras dos meses en la zona: “Hay que seguir presionando para que esto acabe”

Bilbao

Aitor Zabalgogeazkoa ha regresado a Bilbao tras pasar dos meses en Gaza, un territorio donde, desde hace casi dos años, la violencia y la destrucción son parte del día a día. El coordinador de emergencias de Médicos Sin Fronteras (MSF) deja atrás a más de un millar de compañeros y compañeras palestinas que, desde hace 22 meses, siguen trabajando en condiciones extremas para atender a su comunidad.

Sus centros de salud y hospitales, asegura, están notificados al ejército israelí para evitar ataques, pero esto no garantiza la seguridad. “El hospital Nasser, el más grande del sur, ha sufrido dos impactos directos de misiles y un incendio que afectó a parte del edificio”, relata. A pesar de estar destinados a salvar vidas, estos espacios tampoco se libran de la violencia. “No es un sitio totalmente seguro para nada”, insiste.

Un bloqueo “deliberado”

Más allá de los ataques, Zabalgogeazkoa denuncia que la ayuda humanitaria está siendo restringida intencionadamente. Israel, afirma, lleva meses bloqueando el acceso de combustible, alimentos y medicamentos, dificultando el trabajo de las organizaciones internacionales.

Además, impone que gran parte de la ayuda se canalice a través de la llamada Fundación Humanitaria de Gaza.“Es una situación provocada para poner en duda la capacidad de Naciones Unidas y de otras organizaciones de ayudar”, denuncia. En medio de esta crisis, las escenas de dolor son constantes: “Recuerdo a un padre que llegó con sus tres hijos muertos y preguntaba qué pecado habían cometido para merecer aquello”.

Presionar a la comunidad internacional

Zabalgogeazkoa permanecerá en Euskadi alrededor de mes y medio antes de volver a Gaza. La rotación de coordinadores de emergencias de MSF permite que un reducido número de trabajadores humanitarios —menos de 200 en total entre Naciones Unidas, Cruz Roja y ONG autorizadas— pueda entrar en la Franja. El cooperante insiste en que la presión social es clave: “Hay que seguir presionando a los gobiernos para que adopten medidas más duras contra la postura de Israel y Estados Unidos”.

También destaca el trabajo de organizaciones israelíes como B’Tselem, que desde hace 40 años documentan violaciones de derechos humanos. “Es importante hablar también a la sociedad israelí para que aumente la presión y ayude a frenar esta situación”, concluye.