El Club Náutico de Vitoria se abre a la ciudadanía: “Queremos que las familias lo sientan como su casa”

Vitoria-Gasteiz

En pleno verano y con el pantano de Ullibarri-Gamboa como punto de encuentro para quienes buscan refrescarse, el Club Náutico de Vitoria se propone algo más ambicioso que ofrecer deportes acuáticos: quiere romper con la idea de exclusividad que tradicionalmente ha rodeado al club y abrir sus puertas a más familias y ciudadanía en general.

Adriana Ormaetxea, presidenta desde hace año y medio, la primera mujer en la historia del club en ocupar el cargo, lo tiene claro: “El problema no es el precio, es la reputación. Se piensa que un club náutico es exclusivo o sólo para quien tiene barco, y no es así. Aquí hay personas que vienen a nadar, jugar al ping-pong, hacer kayak o simplemente a pasar el día en familia”.

Con más de 110 familias asociadas actualmente, el Club Náutico vive un momento de impulso y renovación con un equipo joven al frente. “Somos un grupo muy diverso y multidisciplinar, cada uno aporta desde su experiencia, desde la gestión hasta la vela o la infraestructura”, ha indicado Ormaetxea, agradecida con su junta compuesta por Pablo Arróniz, Xavier Palacios, Richard, además de personas colaboradoras, "muy importantes en el desarrollo e impulso de diferentes actividades en el club" como la cinco veces campeona del mundo Jaione Ayastuy.

Un club familiar y activo todo el año

La idea de que el club es solo para verano también es otro mito que se pretende desmontar. “Tenemos actividades todo el año. Incluso en invierno puedes hacer vela o windsurf con neopreno. El pantano está precioso también en noviembre o diciembre, pero es algo que la gente tiene que descubrir”, ha indicado Ormaetxea.

El enfoque principal, eso sí, está puesto en convertir el club en un espacio de referencia para familias. “La libertad y tranquilidad que vivíamos de niños aquí es lo que queremos transmitir a nuestros hijos”. Tanto Adriana como Jaione crecieron en el club, donde hicieron amistades de por vida. “Mi recuerdo es de libertad. Solo volvías con tus padres cuando tenías hambre”, ha rememorado la presidenta.

Además, el club ha ido adaptándose a nuevas demandas y formatos de ocio. Desde actividades náuticas organizadas en colaboración con el Ayuntamiento, hasta cursos de iniciación en vela, piragua, paddle surf o windsurf, pasando por propuestas innovadoras como el ‘sub gigante’ para 10 personas o actividades pensadas para empresas y equipos de trabajo.

Precios asequibles y facilidades de acceso

Otro de los puntos clave para democratizar el acceso al club ha sido el mantenimiento de unas cuotas accesibles. “Ser socio del Club Náutico de Vitoria puede costar lo mismo que un gimnasio”, ha indicado Ayastuy. Además, existen fórmulas adaptadas a distintos perfiles: desde unidades familiares, hasta jóvenes que solo quieran practicar vela, sin necesidad de competir.

La mejora en la accesibilidad también ha ayudado, con la readecuación de un nuevo carril bici que conecta directamente Vitoria con el embalse, lo que permite a los visitantes llegar sin necesidad de coche.

Más que deportes náuticos: un lugar de encuentro

El Club Náutico ofrece mucho más que navegación: gimnasio, zonas de barbacoas, espacios cubiertos para celebraciones y "una comunidad diversa que acoge a personas de toda Álava, Gipuzkoa, Navarra, e incluso del otro lado de la frontera", como indica Ormaetxea, a lo que suma que "fuera de Álava somos referencia y muy conocido, pero nos queda terminar de llegar a la gente de Vitoria para que se acerque a a conocernos y estamos seguros que a partir de ahí se van a quedar".

Para quien aún duda si este es su sitio, su nueva presidenta lo resume así: “Este club no es solo para quien compite o sabe navegar, sino que es para quien quiera disfrutar del entorno, del agua y de un ambiente familiar y natural. Queremos que más personas lo conozcan y lo sientan suyo”.