Iñigo Mínguez, ingeniero agrónomo: "Donde más se puede trabajar es en prevenir"

En una entrevista en Hora 14 Euskadi, el ingeniero agrónomo Iñigo Mínguez ha analizado la situación de los incendios en Euskadi y el resto de España, poniendo el foco en la prevención y la gestión del monte como herramientas clave para minimizar su impacto. Según Mínguez, aunque los incendios nunca podrán evitarse por completo, se puede actuar para reducir su probabilidad y sus consecuencias. Además, ha señalado que factores humanos, como la imprudencia o la intención de provocar fuego, son determinantes en muchos casos, mientras que el abandono de la actividad rural y el cambio climático agravan la virulencia y el riesgo de los incendios.

Prevención y concienciación social

Mínguez ha explicado que los incendios han existido siempre y seguirán existiendo, por lo que evitarlos al 100% es imposible. Sin embargo, ha asegurado que se puede reducir su probabilidad y minimizar sus efectos: "Donde más se puede trabajar es en prevenir y, además, en todas las actuaciones cuando ya empieza un incendio, para evitar efectos devastadores."

El ingeniero ha advertido que muchos incendios comienzan por causas humanas, ya sea por imprudencia o incluso por intencionalidad, mientras que los de origen natural, como un rayo, son menos frecuentes. Por eso, ha subrayado la importancia de la concienciación social: que la ciudadanía entienda los riesgos, evite comportamientos peligrosos y respete las normas básicas de seguridad en zonas rurales y forestales. Además, ha señalado que el sentido común y la educación ambiental son herramientas fundamentales para prevenir fuegos antes de que se propaguen.

También ha recordado que los incendios no solo son un problema de España, sino de otros países del Mediterráneo como Portugal o Grecia, donde las altas temperaturas veraniegas y los vientos secos aumentan la virulencia de los fuegos.

Cambio climático y gestión del monte

Otro factor que incrementa el riesgo de incendios, según Mínguez, es el abandono de la actividad rural tradicional. Antes, la presencia de ganado y la actividad agrícola ayudaban a mantener limpio el monte, generaban caminos y accesos que facilitaban la actuación de los servicios de emergencia y reducían la acumulación de materia vegetal que alimenta los incendios. Con el abandono progresivo de estas actividades, el monte queda más descuidado y los incendios, cuando se producen, se propagan con mayor rapidez y dificultad de control.

Además ha subrayado que incluso en parques naturales es necesario mantener una gestión activa. Esto incluye conservar caminos y vías de comunicación, controlar la vegetación y tener planes de emergencia claros. La combinación de prevención, concienciación social y manejo adecuado del terreno, concluye, es la forma más eficaz de reducir los riesgos y la devastación que provocan los incendios en Euskadi y el resto del país.