'Mastodofónica', la apuesta más ambiciosa de Asier Etxeandia, se estrena en casa
“Mastodofónica es una fiesta pagana, un ritual que conecta nuestras raíces con el presente para mirar hacia el futuro en el Euskalduna

Asier Etxeandia: del Bilbao que le vio nacer al Euskalduna con Mastodophonika
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Bilbao
El actor y músico bilbaíno Asier Etxeandia regresa a su ciudad con un proyecto artístico de gran formato: Mastodofónica, un espectáculo que subirá al escenario del Palacio Euskalduna el próximo 5 y 6 de septiembre.
Producido por Euskalduna Bilbao, con la colaboración del Departamento de Cultura del Gobierno Vasco, el montaje reúne al dúo Mastodonte —formado por Etxeandia y el músico napolitano Enrico Bárbaro— con la Euskadiko Gazte Orkestra (EGO) y el Coro San Juan Bautista de Leioa, bajo la batuta de Iker Sánchez Silva.
La propuesta combina pop, tecno y melodías tradicionales vascas en un concierto que el propio artista define como “una fiesta pagana” y un “ritual” en el que confluirán las canciones de Mastodonte con versiones de temas vascos. “Se trata de recordar de dónde venimos para ver a dónde vamos”, ha explicado en en 'Hoy por Hoy Bilbao-Bizkaia'.
El proyecto, que Etxeandia dirige en todos sus aspectos —desde la puesta en escena hasta el vestuario—, se construye “desde dentro, con la complicidad del territorio y el alma de quienes lo habitan”. Para él, la función del arte es transformadora: “A mí nunca me ha cambiado la vida un discurso, sino una película, un libro o una canción que me ha hecho emocionarme y replantearme las cosas”.
Las entradas, con precios entre 33 y 55 euros, ya están a la venta para las dos funciones programadas. Etxeandia desea que el público salga del Euskalduna con “la pila cargada”, preparado para enfrentarse a aquello que le da miedo o le cuesta encarar.
El Bilbao de su corazón
En lo personal, el intérprete reconoce sentir una fuerte conexión con Bilbao: “Mi Bilbao es el de finales de los 80 y 90, el de los altos hornos, la contracultura y el Casco Viejo abierto hasta las tantas”, ha recordado con nostalgia.
Tras más de dos décadas de trayectoria en cine, televisión y teatro, el bilbaíno sigue apostando por proyectos arriesgados que mezclan disciplinas y desafían etiquetas. Cumplidos recientemente los 50 años, se define como un artista “exigente, sensible y camaleónico”, orgulloso de no haber seguido consejos que le pedían ocultar su orientación sexual al inicio de su carrera: “Siempre he trabajado con el corazón, y no iba a dejar que nadie me dijera cómo vivir mi vida”.




