IHOBE apuesta por el etiquetado ambiental para apoyar a empresas que hagan esfuerzos "reales" por cuidar el medio ambiente

En el final de un verano marcado por la ola de incendios que aún hoy asola el territorio nacional, la EHU ofrece en su propuesta de cursos de verano uno centrado en la educación ambiental en el Palacio Miramar, ofrecido por la escuela de comunicación ambiental. Un término que cobra más sentido si cabe en un tiempo en el que ha quedado en evidencia la necesidad de cuidar de los montes para prevenir grandes incendios forestales o, al menos, poder reducir su virulencia. Este curso incluye en su programación un epígrafe sobre etiquetado ecológico, una fórmula que pone de relieve la importancia de la compra con criterio y pensando en el impacto de las acciones individuales.

Este etiquetado, sello que indica si un producto es ecológico o no, busca estandarizar un sello basado en criterios reales, de forma que el consumidor pueda fiarse del mismo y saber que, lo que compra, tiene un proceso previo real centrado en reducir su impacto ambiental. Es un trabajo que se desarrolla a nivel europeo y por el que también apuesta IHOBE, sociedad ambiental del Gobierno Vasco.

Gorane Ibarra, responsable del etiquetado en IHOBE y dinamizadora del curso, incide en que la regeneración de los territorios devastados debe comenzar, inequívocamente, "en cada uno de nosotros". "Es evidente que el clima está cambiando y lo estamos viendo de forma muy cercana", añade Ibarra, "por eso el etiquetado ambiental aporta una fórmula en la que como ciudadanos podamos optar por productos más respetuosos con el medio ambiente". De esta forma, explica, "se apoya a las empresas que hacen bien su trabajo, aquellas que hacen esfuerzos reales con analíticas, comparan sus productos y demuestran un esfuerzo real por mejorar sus productos".

Más allá, Gorane Ibarra se inclina por que el etiquetado podrá evitar el 'Greenwashing', las falsas políticas ambientales de empresas que afirman ser ecológicas, puesto que el etiquetado ambiental establecerá un mismo criterio para los productos, de forma que la ciudadanía pueda saber que el sello que ve es fiable y real. En ocasiones, una empresa "te puede decir que su producto es más verde que otro pero rascar y descubrir que no hay nada detrás".