La ruta del agua de Berganzo avanza hacia un modelo turístico sostenible

Vitoria-Gasteiz

La ruta del agua de Berganzo se ha consolidado como uno de los principales reclamos turísticos en Álava, atrayendo a miles de visitantes cada año por sus espectaculares paisajes, y la posibilidad de recorrer un entorno natural de forma circular en apenas 10 km. Pero el éxito también trae retos, y en esta etapa, el municipio se ha volcado en apostar por un modelo sostenible que asegure su preservación para las futuras generaciones.

“La claridad del agua, la pureza del entorno… eso es lo que enamora a quien visita la ruta del agua, pero si no lo cuidamos, lo perdemos”, ha afirmado con rotundidad Darío Ocio, teniente de alcaldesa de Zambrana. “Estamos hablando de un espacio natural que atraviesa zonas de especial conservación, con una fauna y flora muy delicadas que se están viendo amenazadas por la masificación y el uso recreativo del agua”, ha añadido.

Los datos hablan por sí solos: solo en agosto de 2024 se registraron más de 7.000 vehículos, lo que se traduce en cerca de 30.000 visitantes al año según las estimaciones de la Mesa de Turismo Comarcal. Esta cifra convierte a la ruta del agua en el tercer recurso turístico más visitado de la comarca, solo por detrás del Valle Salado y del Parque Natural de Valderejo.

“Esto nos llena de orgullo, pero también de responsabilidad”, ha reconocido Ocio. “Por eso estamos trabajando en medidas concretas como la prohibición del baño en determinadas zonas, una acción que ya se ha aplicado con éxito en otros puntos de Euskadi como el Nacedero del Urederra”.

La acumulación de personas dentro del agua, el arrastre de tierra al río y el uso poco respetuoso del entorno han ido deteriorando algunos puntos clave del recorrido. “Queremos evitar que las pozas se llenen de sillas, neveras y sombrillas. No es una playa, es un espacio natural”.

Un recorrido que emociona a cada paso

La ruta se inicia en un parking habilitado a las afueras del núcleo urbano de Berganzo y discurre entre bosques de ribera, saltos de agua, pozas naturales y la emblemática Cascada de Herrerías, el punto más fotografiado del recorrido. "El agua cristalina pasa sobre piedra toba, lo que genera una luz y una claridad que recuerdan al Caribe, aunque con algo más de frío", ha comentado Ocio.

Aunque no es una ruta técnica, desde el Ayuntamiento recomiendan un calzado cómodo y evitar calzado inadecuado como chanclas. El itinerario es accesible en todas las estaciones del año y ofrece paisajes completamente distintos según la época: “La gente debería venir también en otoño o invierno, cuando los colores y la atmósfera cambian por completo”.

Uno de los proyectos en marcha más importantes es la construcción de miradores que eviten que los visitantes desciendan hasta el cauce para observar las cascadas. “Se trata de una iniciativa ciudadana, financiada por presupuestos participativos de Diputación, que ya está en marcha y que esperamos tener lista a finales de 2025”, ha indicado Ocio.

Berganzo, un pueblo con historia y corazón

La ruta comienza y termina en el pintoresco pueblo de Berganzo, donde se funden historia, arquitectura y naturaleza. Allí, Trini Zarza, alcaldesa de Zambrana, pone en valor el patrimonio del enclave: “Tenemos joyas como la iglesia de San Miguel, del siglo XVI, o la ermita de Nuestra Señora del Campo, una de las pocas que quedan en pie en toda Álava”.

Además, el pueblo conserva su lavadero tradicional, la fuente histórica y la Casa de la Villa, antiguo ayuntamiento que pronto será rehabilitado. “Queremos recuperar no solo el entorno natural, sino también la historia y el alma del pueblo”, ha destacado Zarza.

Berganzo y su entorno permiten combinar senderismo, cicloturismo, visitas enoturísticas a Rioja Alavesa, castillos medievales como el de Ocio o Portilla, y alojamiento rural de calidad. “Estamos ampliando nuestra oferta con nuevas casas rurales y fomentando un turismo responsable, que valore lo que somos y lo que tenemos”, ha añadido la alcaldesa.