Ribera Run Experience: séptima añada de la única carrera en la que los finishers no ganan una medalla, sino una copa de vino

Bilbao

SER Runner inaugura su décima temporada esta semana y lo hace visitando la Ribera del Duero, una de las comarcas vinícolas por excelencia en Castilla y León. La excusa para hacerlo es la Ribera Run Experience, un evento deportivo-festivo en el que el trail running es solo uno de los muchos ingredientes que se ofrecen a los participantes y que llegará dentro de una semana, el sábado 13 de septiembre.

Con la localidad de Peñafiel como centro neurálgico, la carrera se disputa el sábado por la mañana. Pero los cientos de visitantes que llegan hasta la comarca cada año acostumbran a hacerlo desde uno o dos días antes. Y es que la Ribera Run Experience es una mezcla de cultura, deporte y enoturismo.

Visitas a bodegas y catas

Las bodegas de la zona ofrecen catas y menús personalizados en colaboración con la organización de la prueba desde el mismo viernes. Y en la citada Peñafiel, en su corazón medieval -la Plaza del Coso y el castillo de la localidad- se puede disfrutar también de visitas históricas.

Hay carreras para todos los gustos, desde infantiles hasta distancias de 17 y 30 kilómetros. Algunos de sus secretos, esos que hicieron que el año pasado superaran el millar de participantes y que esta vez vayan a volver a marcar su propio récord, pasan por los avituallamientos -en los que el vino es una opción más- o el espectáculo que recibe a los corredores en la Plaza del Coso, donde se ubica la meta.

Una copa como premio

No te pierdas el episodio de esta semana, en la que nos cuenta todos los detalles de la carrera su director, Jose Antonio de Pablo, Depa. Confiesa que es la única vez aparca su sombrero de speaker para centrarse en otras labores, como coordinar los avituallamientos y animar a los corredores durante el recorrido. Quien le conoce, que en el mundo del trail es casi todo el mundo, sabe que en Peñafiel se encontrará algo especial.

Además, contamos con el testimonio de Alicia Martín. Esta corredora madrileña conoció la prueba de la mano de una amiga y desde entonces no se la pierde nunca. Nos confiesa otra de las peculiaridades de la carrera: a la llegada a meta, a todos los corredores y corredoras les espera no una medalla de finisher sino una copa de vino. Una copa que después suele acompañar a los corredores cuando estos ya se han dado una ducha y recorren la localidad y sus alrededores para disfrutar del vino.