"En dos años pasé de jugar en 2ªB a la Champions con el Athletic": Borja Viguera es uno de los pocos que han vestido las camisetas de Athletic y Alavés
El delantero de Athletic ve algo mejor al equipo de Valverde en el derby de San Mamés

Borja Viguera vistió las camisetas de Athletic y Alavés
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Borja Viguera (Logroño, 1987) conoce como pocos lo que significa haber vestido las camisetas de los tres grandes clubes vascos. El delantero riojano, que se formó en el Berceo antes de dar el salto a Zubieta con la Real Sociedad, también pasó por el Deportivo Alavés y llegó al Athletic Club en el momento oportuno para disfrutar de la Champions
Las tres camisetas vascas
“Somos poquitos los que hemos jugado en el Athletic de Bilbao sin ser de la cantera y habiendo pasado por otros equipos vascos. Con De Marcos tengo muchísima relación y también con Igor Martínez. Hemos podido vivir esos dos ambientes tan bonitos, tanto en Mendi como en San Mamés”, recuerda Viguera en Ser Deportivos Bilbao.
El riojano subraya que su camino fue particular. “Yo no venía de Zubieta desde niño, salía del Berceo en Logroño. Si me lo dicen en el colegio, nunca lo hubiera creído. He disfrutado de un ambiente increíble en Mendizorroza y de noches mágicas en San Mamés, incluso europeas, que ni en mis mejores sueños me hubiese imaginado”.
La etapa más feliz en Vitoria
A pesar de haber jugado en Primera División y en Europa con el Athletic, Viguera no duda en señalar Vitoria como la etapa más especial de su carrera. “Los dos años en el Alavés fueron los mejores de mi vida deportiva. Llegué en un momento muy complicado, venía de romperme el cruzado y de pasarlo mal en Tarragona. En Vitoria encontré el entorno perfecto”, relata.
Con los babazorros logró un ascenso desde Segunda B y un año brillante en Segunda. “Hice bastantes goles, los del ascenso y luego otros 25 en Segunda, que me valieron para ser Pichichi. Aquel club venía de años durísimos, al borde de la desaparición, y entre todos le devolvimos la vida. Por eso, cada vez que vuelvo a Vitoria me siento queridísimo. Si alguna vez estoy triste, sé que ir allí me sube el ánimo”, desvela el exjugador.
Del barro a la Champions
El salto fue vertiginoso. En apenas dos temporadas pasó de Segunda B con el Alavés a la Champions con el Athletic. “En dos años me planté en San Mamés jugando partidos de Champions. Luego llegaron la final de Copa del Rey y el título de la Supercopa. Me siento un privilegiado”, resume.
Su debut goleador como león también lo recuerda al detalle: “Fue contra el Espanyol, con asistencia de Aritz Aduriz. Así es más fácil marcar”, sonríe. La acogida en el vestuario, dice, fue fundamental: “De Marcos me abrió los brazos abiertísimos, era mi compañero de habitación. Y había referentes como Iraola, Gurpegi o Aduriz. Éramos una cuadrilla”, cuenta.
Aduriz y el reto del ‘9’ rojiblanco
El exdelantero también reflexiona sobre la falta de continuidad de un ariete de referencia en el Athletic tras la retirada de Aduriz. “Cuando aparece un monstruo así, su sombra es muy larga. Compararse con él es imposible. Los delanteros vivimos de rachas, pero el Athletic tiene gente capacitada para hacer goles. La sombra de Aritz es enorme, eso sí”, apunta.
Presente en Zubieta
Desde que colgó las botas, Viguera trabaja en la cantera de la Real Sociedad. “Este es mi tercer año en Zubieta. Estoy muy contento con los chavales, intentando enseñar un poco cada día. Aquí han salido grandísimos entrenadores y quién sabe si en unos años me toca a mí dar un paso más”, dice.
Con la misma serenidad con la que analiza el fútbol, Borja Viguera repasa una trayectoria marcada por esfuerzo, constancia y cariño recibido en cada estadio del norte. “He vivido cosas que nunca hubiera imaginado. No puedo pedir más”, concluye.




