El modelo vizcaíno contra incendios: estabilidad laboral y prevención todo el año
Hasta agosto se han registrado 15 incendios que han afectado 43 hectáreas, frente a las 6 hectáreas de 2023

Incendios, la lucha que Bizkaia afronta cada otoño
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Bilbao
A falta de una semana para que termine el verano, Bizkaia se prepara para afrontar la estación más delicada en materia de incendios forestales. El otoño, con la combinación de fuertes vientos y baja humedad, representa el mayor riesgo para los montes vizcaínos. Aunque hasta agosto se han contabilizado 15 incendios forestales en el territorio, la Diputación Foral de Bizkaia subraya que el dispositivo de prevención y extinción se mantiene activo todo el año y sin personal eventual, un elemento que diferencia a Bizkaia de otras comunidades.
Los datos de este año reflejan un repunte en comparación con 2024, cuando apenas se quemaron 6 hectáreas, una de las cifras más baja de la última década. En lo que va de 2024, los 15 incendios registrados han afectado a más de 43 hectáreas. Pese a ello, las instituciones forales defienden que Bizkaia mantiene una posición destacada en materia de control de fuegos, gracias a un modelo basado en la prevención, la respuesta rápida y la concienciación social.


“Trabajamos con equipos estables, formados y en permanente entrenamiento, preparados para actuar con eficacia en cualquier momento del año”, ha explicado Aitor Omar, jefe de Protección Forestal de la Diputación Foral de Bizkaia. Una de las claves, insiste, es que en Bizkaia no existe temporalidad en el personal dedicado a estas labores: técnicos, agentes forestales y retenes de Basalan se coordinan de manera permanente con los bomberos.
Conciencia ambiental
Otra de las diferencias respecto a otros territorios está en la relación con el medio rural. Carlos Uriagereka, jefe del Servicio de Montes, ha recalcado que los incendios en Bizkaia no tienen relación con la quema de rastrojos. “Contamos con un sistema de permisos y control que garantiza un uso responsable del fuego en labores agrícolas. Se registran entre 4.000 y 5.000 peticiones de quema. La sociedad vizcaína es muy consciente de la importancia de proteger el monte, y eso se traduce en un menor número de incidentes derivados de estas prácticas”, ha señalado.
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El esfuerzo económico también es significativo: cada año se destinan entre 13 y 14 millones de euros a la gestión forestal, prevención y extinción. Una parte importante de este presupuesto se dedica a los montes públicos, pero también existe un plan de ayudas a los propietarios privados, que gestionan el 75% del territorio forestal vizcaíno. El objetivo, remarcan desde la Diputación, es fomentar la gestión sostenible y evitar el abandono del monte, un factor que incrementa la acumulación de combustible vegetal y, con ello, el riesgo de grandes incendios.
Tres pilares
El modelo vizcaíno se apoya en tres pilares: un dispositivo de acción inmediata con ocho parques de bomberos distribuidos por todo el territorio, una gestión forestal sostenible que incluye desbroces, mejora de accesos y apoyo a la ganadería extensiva, y una sociedad cada vez más concienciada. “Más que la especie forestal, lo que determina el riesgo es la gestión. Un monte cuidado es un monte más resistente”, ha resumido Uriagereka.
De cara a los próximos meses, la Diputación trabaja en la renovación de la Norma Foral de Montes, vigente desde 1993, para adaptarla a los retos actuales y al impacto del cambio climático. En paralelo, el Gobierno Vasco ha anunciado que pedirá una modificación de la Política Agraria Común (PAC) con el fin de reforzar el papel de la ganadería extensiva en la prevención de incendios. Con estas herramientas, Bizkaia aspira a mantener su liderazgo en la protección de los montes, justo cuando arranca la estación en la que más falta hace.




