La falta de acierto condenó al Eibar frente al Cádiz en un partido en el que los armeros merecieron más

El Eibar no pudo sumar en el Nuevo Mirandilla, pero dejó la sensación de que mereció más. Los armeros firmaron un partido serio, dominaron por momentos y generaron ocasiones suficientes para regresar con al menos un punto. La falta de acierto, sin embargo, les volvió a castigar a domicilio, donde acumulan tres derrotas consecutivas pese a ofrecer buenas sensaciones en varios tramos de juego. La última jugada del partido define todo. Un centro de Cubero acaba siendo rematado por Jon Bautista prácticamente a bocajarro, el portero cadista realiza una gran parada pero el rechace le cae a Arambarri que remata de cabeza con el cancerbero en el suelo pero Iker Recio la saca bajo palos. Para más inri, el rechace del central toledano vuelve a caer en las botas del central armero que la envía fuera.

San José había insistido en dos ideas clave: empezar fuertes y no regresar de vacío. Y su equipo cumplió la primera. Con un once renovado tras el esfuerzo frente al Andorra, el Eibar salió decidido, enlazó posesiones largas y presionó con orden cuando no tenía el balón. El Cádiz apenas pudo desplegar su juego en la primera parte. Tras el descanso, el guion se mantuvo: los guipuzcoanos llegaban con claridad, pero sin precisión. Entonces apareció el golpe local, obra de la zurda de Suso. Aun así, los azulgranas no bajaron los brazos y dispusieron de varias ocasiones para empatar, aunque la puntería les negó un premio que habrían merecido.

"Nos ha perjudicado la falta de acierto, no nos merecíamos perder". Así resumió el encuentro Beñat San José que destacó que el encuentro se había decidido por esa ambigüedad: el acierto de unos y los fallos de otros. Ahora toca seguir, las sensaciones siguen siendo buenas pero el debe de los armeros vuelve a estar lejos de Ipurua. Lo próximo será un interesante derbi gipuzkoano frente a la Real Sociedad B.