Condenado a 22 años de prisión por violar de forma continuada a sus dos hijas desde que tenían cinco y seis años
La Audiencia de Álava considera probado que que el hombre penetró de forma anal y bucal a las niñas usando "tácticas de minimización, engaño y chantaje emocional"

Audiencia Provincial de Álava / CADENA SER

Vitoria-Gasteiz
La Audiencia Provincial de Álava ha condenado a un hombre de 41 años de edad a 22 años de cárcel como autor criminalmente responsable de dos delitos continuados de vejaciones injustas de carácter leve, un delito de amenazas leves a su exmujer, y dos delitos continuados de abuso sexual con penetración a sus dos hijas menores de edad.
La sentencia, recogida por Europa Press y contra la que cabe la interposición de recurso, considera probado que entre 2013 y 2017, el condenado abusó sexualmente de sus hijas menores de edad, unas prácticas que comenzaron cuando estas tenían cinco y seis años.
La Sala considera que la versión de las menores es creíble por haber superado "satisfactoriamente" los parámetros de análisis racional del testimonio y muestra su convicción de que "no han mentido".
"Tácticas de engaño y chantaje emocional"
La Sección Segunda de la Audiencia de Álava precisa que "ha existido una línea de continuidad y coincidencia esencial en el relato de tocamientos con penetración anal y bucal por parte del padre hacia sus dos hijas, utilizando tácticas de minimización, engaño y chantaje emocional, adaptadas a la evolución de la edad de las menores, desde una primera infancia hasta los lindes de su adolescencia".
En este sentido, señala que las dos hermanas "describen un comportamiento depredador de su padre muy similar, tanto antes, durante como después de los contactos sexuales que mantenía con ellas", lo que "hace que sus testimonios se refuercen mutuamente".
A su vez, indica que los informes técnicos presentados "abundan en la exposición de una sintomatología en las dos hermanas plenamente acorde con los hechos denunciados, apuntalando también la verosimilitud de los mismos".
Además de los 22 años de prisión, el condenado deberá indemnizar a su exmujer con 1.000 euros y a sus dos hijas con 50.000 euros para cada una.




