"El 15,5 % de los menores alaveses han recibido al menos un diagnóstico en salud mental"

Vitoria-Gasteiz

La infancia y adolescencia es un momento clave para la construcción de la identidad de cada uno de los y las jóvenes del futuro. Unos años clave en los que se tienen que enfrentar a un montón de miedos y situaciones para las que muchas veces no están del todo preparados, más si cabe en los tiempos que corren, donde la tecnología está avanzando a pasos agigantados, como vemos con la entrada de la Inteligencia Artificial en todos los niveles de la sociedad, y que ha llevado adherido un importante cambio a la hora de vivir, comunicarnos y relacionarnos.

La IV edición de las jornadas 'Kontuz, identidad en construcción' vuelven mañana al Palacio de Congresos Europa en una intensa jornada, con ponencias para los profesionales por la mañana y charlas abiertas para las familias por la tarde, manteniendo como seña de identidad el abordaje de problemáticas de máximo interés, como es el cuidado de la salud mental, víctimas y actores de la violencia pandillera, la soledad y el uso indiscriminado de las pantallas.

La salud mental de los adolescentes alaveses está en el centro del debate, y es que según los últimos datos indicados por la jefa del servicio de psiquiatría de la OSI Araba, Ana González Pinto, "un 15,5% de los menores de 18 años en Álava han sido diagnosticado, al menos en una ocasión, con algún trastorno de salud mental. Son cifras muy relevantes que debemos mirar de frente”.

Aunque la mayoría de los casos son leves, los diagnósticos incluyen trastornos de ansiedad, depresión, TDAH, autismo, e incluso trastornos en la conducta alimentaria y abuso de sustancias. “Nos encontramos con adolescentes que se sienten solos, desbordados, y que no siempre tienen las herramientas para gestionar lo que están viviendo”, ha indicado la jefa de psiquiatría de la OSI Araba, quien también destacó que las chicas presentan más trastornos alimentarios y los chicos más problemas relacionados con la conducta o el consumo.

Una de las claves está en la soledad no deseada y en el uso indiscriminado de las pantallas, que se han convertido en una vía de escape para muchos jóvenes. “La pantalla no es el problema en sí, sino lo que se consume a través de ella”, ha indicado Rosana Perea, responsable de las jornadas y miembro de la asociación Konexio-Ona. “Lo que preocupa es ese enganche, ese aislamiento, y la falta de herramientas para interpretar críticamente los contenidos que ven”.

¿Prohibir las pantallas? No, acompañar y reeducar

En lugar de caer en la prohibición, una idea que sobrevuela cada vez más tanto en familias como en el sistema educativo, Laura Cuesta, profesora de la universidad camilo José Cela, apuesta por la reeducación digital y el acompañamiento emocional desde edades tempranas. “Prohibir puede aumentar los riesgos. Lo que necesitamos es establecer límites, educar, y sobre todo, no tener miedo a hablar con nuestros hijos de lo que ven, sienten y consumen en sus móviles”, ha destacado Cuesta.

La profesora y divulgadora también ha insistido en diferenciar entre “tecnología educativa” y “uso recreativo de dispositivos”. “En el aula no hay grooming, ni porno, ni apuestas, sino que lo que hay es el uso de inteligencia artificial, robótica o pensamiento computacional. El problema está fuera, en el uso sin supervisión ni criterio”, ha matizado.

Comunidad y calidez como factores protectores

Las expertas coincidieron en que la tecnología no puede sustituir a las relaciones humanas. “El clima del sur de Europa, nuestras costumbres de calle, de conversación, nos han protegido durante años de la soledad crónica”, ha recordado González Pinto. “Pero estamos perdiendo eso, y cuando no hay vínculos, las redes sociales pueden parecer compañía, aunque no lo sean”.

Las jornadas también abordarán cuestiones como la violencia pandillera, los discursos antifeministas que circulan en redes y la desinformación digital. Todo, con un objetivo claro: poner sobre la mesa los nuevos retos psicosociales de la adolescencia y ofrecer a las familias herramientas para abordarlos sin miedo.