La variante de Markina acumula más de seis meses de retraso y más de seis millones de sobrecoste

La Diputación ha visitado esta mañana las obras del proyecto que unirá Markina-Xemein con Etxebarria. Se trata de un enlace de un kilómetro, del que 335 metros estarán soterrados. Un túnel que, a día de hoy, acumula ya más de seis meses de retraso y un sobrecoste de más de seis millones de euros, ascendiendo a los 31,9 millones el presupuesto actual frente a los 25,6 millones que se proyectaron en un inicio.

El proyecto unirá la BI-633 a su paso por Markina-Xemein y la BI-2636 a su paso por Etxebarria, aunque no estará listo cuando se preveía. En un inicio, la misma Diputación Foral anunció con Imanol Pradales aún como diputado foral de Infraestructuras, que se preveía que estuviera listo a inicios de 2026. Ahora sin embargo, Carlos Alzaga, sucesor de Pradales en el cargo, ha informado de que hasta 2027 no podrá estar en servicio, pues "se espera que las obras terminen a finales de 2026".

Razones del sobrecoste y retraso

La razón para el último retraso anunciado se debe a dos motivos principales: el primero de ellos, según Alzaga, a la aparición de restos arqueológicos pertenecientes a la Guerra Civil. El segundo, al desarrollo de medidas de seguridad. El terreno no se sostenía, según ha informado el diputado, y a medida que excavaban, el túnel se venía abajo. Es por ello que el avance es más lento, puesto que tienen que asegurar la integridad del terreno y del túnel.

Esta última es la razón principal que, al mismo tiempo, justifica el sobrecoste. Para Alzaga, "la seguridad es lo primero, especialmente en las obras de túneles, que son delicadas". Además, se suma la ejecución de un tramo del futuro bidegorri que unirá los dos municipios, Markina-Xemein y Etxebarria, así como la de medidas ambientales compensatorias necesarias en este tipo de obras.

Fases del proyecto

El nuevo trazado busca reducir el flujo de vehículos, principalmente pesados, por los centros urbanos de ambos municipios. Actualmente son 5.500 vehículos los que cruzan los pueblos, y se espera reducir la cifra en 3.000. Para lograrlo, en octubre la obra entrará en su segunda fase: "Estamos con la fase de avance, excavación de toda la longitud del túnel, hasta el final, en su mitad superior. Al llegar al otro extremo, comienza la fase de destroza, que busca llegar a la cota inferior del túnel. Una vez ejecutadas antes, se inicia la última, la contrabóveda, cuyo fin es proteger la base del túnel de las presiones que genera la montaña para no partir la carretera".