Zehar-Errefuxiatuekin, herramientas contra la exclusión de las mujeres culturalmente diversas en el ocio y ejercicio de sus derechos culturales
Derechos culturales y discriminación: hallazgos y herramientas de un cuadernillo publicado por esta entidad
Zehar-Errefuxiatuekin 13_10_25
Vitoria-Gasteiz
Disfrutar del ocio y de la cultura a veces no es tan fácil. Las experiencias de adaptación y vivencias de mujeres migradas y refugiadas en Euskadi, aun siendo personales e intransferibles, guardan ciertas similitudes ligadas a discriminaciones directas e indirectas que han vivido como consecuencia tanto por el hecho de ser mujeres, como por la experiencia migratoria que condiciona su proyecto vital en Euskadi.
Una publicación de Zehar-Errefuxiatuekin aborda la exclusión de las mujeres culturalmente diversas en el ocio y el ejercicio de sus derechos culturales, utilizando la experiencia de Carol Arlen Peñuela, una investigadora social, feminista comunitaria y rapera antipa-triarcal colombiana en Bilbao, como caso ilustrativo.
Carol se encontró con la dificultad de compaginar su labor artística con sus estudios debido a restricciones de visado y una percepción limitada de las personas migradas, a menudo vistas solo como mano de obra para trabajos específicos y sin reconocimiento de su aporte cultural. Esta falta de información y comprensión institucional llevó a Carol a buscar asesoramiento por su cuenta para entender cómo formalizar su trabajo artístico y su situación administrativa. La historia de Carol es representativa de la realidad de muchas mujeres migradas y solicitantes de asilo o refugio que, a pesar de sus trayectorias culturales, carecen de medios para ser reconocidas y valoradas, con la mayoría de los esfuerzos de acogida centrados solo en necesidades básicas.
Carol Arlen Peñuela: “Las mujeres migradas intentamos facturar y también seguimos llorando”
Las experiencias compartidas en los talleres participativos con más de 17 mujeres migradas y/o refugiadas en las provincias vascas revelaron similitudes en las discriminaciones directas e indirectas que enfrentan debido a su género y experiencia migratoria. Estas mujeres se enfrentan a una interseccionalidad de discriminación: ser mujer, migrada y de una clase socioeconómica específica. Las artistas migradas, en particular, señalaron la falta de reconocimiento cultural, el no ser "blancas" o "europeas", y la dificultad para el intercambio cultural. Enfrentan prejuicios sobre su formación y bagaje, y los programas de emprendimiento no están adaptados a sus realidades.
Además, sufren explotación laboral, recibiendo pagos inferiores a sus homólogas locales, y destacan la necesidad de reconocer el privilegio blanco en el ámbito cultural para romper con el colonialismo cultural. Otras barreras incluyen obstáculos administrativos para permisos de residencia y trabajo, dificultades para la homologación de títulos, falta de formación fiscal, la brecha digital y el desconocimiento del euskera.
La publicación contextualiza el ocio y la cultura dentro del marco de los derechos culturales, que son derechos humanos reconocidos en la Declaración de Friburgo y otros instrumentos internacionales. Estos derechos protegen la capacidad de las personas, individual y colectivamente, de acceder y participar en la vida cultural, mantener sus propios marcos culturales, desarrollar su humanidad y expresarse a través de valores, creencias, idiomas y artes. Incluyen el derecho a la identidad y patrimonio cultural, la libertad de elegir comunidad cultural, el acceso y participación en la vida cultural (libertad de expresión, prácticas culturales, creación y beneficios), el derecho a la educación y la formación, a la información y comunicación, y a la cooperación cultural. Los Estados tienen la obligación de garantizar el pleno ejercicio de estos derechos, absteniéndose de violarlos y adoptando medidas concretas.
La migración, especialmente el desplazamiento forzado, a menudo conlleva la pérdida de referencias culturales, un duelo cultural comunitario y una crisis de identidad, lo que dificulta el disfrute del ocio y el autocuidado. Las posibilidades de ocio de estas mujeres chocan con la urgencia de la integración administrativa y socioeconómica, la falta de bienestar emocional y tiempo de calidad. Además, experimentan discriminación y actitudes racistas en espacios de ocio, como miradas ante el uso de burkini o maltrato verbal. Sin embargo, el informe de la Relatora Especial de la ONU también señala que la migración puede tener efectos positivos en los derechos culturales, al exigir una renegociación de significados culturales, ampliar horizontes y generar ideas innovadoras, promoviendo sociedades más dinámicas y diversas. El documento subraya que el acceso al ocio y la cultura es un privilegio que a menudo está determinado por la clase social.
Para combatir el racismo y las discriminaciones de género en el ocio y la cultura, desde Zehar-Errefuxiatuekin proponen diversas herramientas. A nivel individual, se sugiere denunciar actitudes discriminatorias en redes sociales y buscar información en centros cívicos. A nivel colectivo, se fomenta la participación en grupos de convivencia, AMPAS y la organización para acudir juntas a espacios públicos y solicitar el uso de instalaciones no mixtas. Las entidades sociales y asociativas pueden crear espacios culturales para el antirracismo y el "artivismo", proporcionar asesoramiento fiscal y de emprendimiento a artistas migradas, y garantizar una contratación digna.
Finalmente, a nivel institucional, se destaca el papel de la Red Eraberean y el Ararteko para denunciar discriminaciones, y se propone que las Áreas de Igualdad e interculturalidad municipales promuevan la formación en diversidad cultural, actividades de convivencia, evaluaciones de impacto de género en políticas y el diseño de programas específicos para reconocer y promover los derechos culturales de la población migrada/refugiada.
Antecedentes
Zehar-Errefuxiatuekin tiene un compromiso con la igualdad de trato, el respeto, la convivencia, la diversidad y los Derechos Humanos de todas las personas, en especial, las refugiadas, desplazadas, apátridas y migrantes, y pone el foco en acoger sin discriminar a cualquier persona que necesite refugio, venga de donde venga. Uno de los proyectos ejecutados con esta filosofía es precisamente “LAGORAtorio: Investigación de buenas prácticas y construcción colectiva de propuestas en torno a diversidad y discriminación, junto a personas refugiadas en la CAPV” que ya va por su cuarta fase y que ha contado con el apoyo de Gobierno Vasco, Diputación Foral de Araba, Diputación Foral de Bizkaia, Diputación Foral de Gipuzkoa y Ayuntamiento de Donostia.
¿Qué es un “lagoratorio”?
El lAGORAtorio (mezcla de las palabras ágora y laboratorio) es un espacio de debate en el que las personas refugiadas, migradas y/o racializadas utilizan su voz como sujetos políticos (en oposición a un rol pasivo como objetos de políticas o acciones diseñadas por terceras partes). La usan para diagnosticar, proponer y activar herramientas y políticas favorables a la cohesión social y la igualdad.
Los espacios de encuentro y escucha denominados «lAGORAtorios”, mezcla de las palabras ágora y laboratorio, que son un espacio de debate en el que las personas refugiadas, migradas y/o racializadas utilizan su voz como sujetos políticos, en oposición a un rol pasivo como sujetos de políticas o acciones diseñadas por terceras partes. La usan para diagnosticar, proponer y activar herramientas y políticas favorables a la cohesión social y la igualdad.
En estos espacios, valorados como espacios de escucha activa, reconocimiento y, sobre todo, desahogo ante la contención que exige el día a día en una sociedad en la que aún no te sientes reconocida, se ha realizado un diagnóstico sobre las discriminaciones que viven en Euskadi las personas refugiadas y migradas en el acceso a la vivienda, los bancos y en las identificaciones policiales.
Sus aportaciones y testimonios, junto a las herramientas y buenas prácticas existentes han sido materia prima para la elaboración de unos cuadernos que pretenden ser una herramienta útil para conocer los procedimientos de actuación cuando se produce alguna discriminación en los ámbitos concretos que se han venido abordando.
Cuadernillos para hacer frente a cualquier trato discriminatorio o racista
En la fase II y III del proyecto se realizaron cinco cuadernillos que pretenden ser una herramienta útil para conocer los procedimientos de actuación cuando ocurre alguna discriminación en ámbito laboral, en el acceso a la vivienda, a los bancos, en las identificaciones policiales y solamente sobre el acceso al ocio y el ejercicio de derechos culturales de mujeres culturalmente diversas.
En la Fase IV del proyecto actualmente en ejecución (2025) se está profundizando en la exclusión de las personas culturalmente diversas en el ocio y ejercicio de sus derechos culturales. En 2024, se abordó el tema, pero sólo con grupos de mujeres.
¿Por qué investigar sobre los derechos culturales y acceso a ocio de mujeres migradas, refugiadas…?
Quienes comparten su día a día con personas refugiadas saben que las vulneraciones de derechos que sufrían en sus países de origen no desaparecen cuando llegan aquí. Acogemos, sí, pero también discriminamos. Lo hacemos a lo grande, a través de una legalidad y unas prácticas que institucionalizan la discriminación. Pero también desde lo pequeño, cuando en lo cotidiano nos situamos por encima de otras personas a las que no terminamos de reconocer.
Cuando hablamos de acoger, no solo hablamos de alojar, de ofrecer un techo. Nos referimos a que reconozcamos a las personas refugiadas como parte de la sociedad vasca que formamos, que conozcamos su historia, su cultura, que valoremos trayectoria y conocimientos y les acerquemos la nuestra para que entre todas compartamos espacios, vivencias y fomentemos una verdadera convivencia intercultural.
En los últimos tiempos Zehar-Errefuxiatuekin ha identificado varias situaciones relacionadas con la exclusión de las mujeres culturalmente diversas en espacios de ocio como piscinas, bibliotecas, cafeterías…. Exclusión en una piscina por llevar burkini, no animarse a hacer deporte porque los espacios para ello son mixtos… La entidad era consciente de que algo estaba pasando y quería ahondar en sus causas y consecuencias.