Inass, joven sin hogar: "Me paso el día estudiando y, por la noche, vuelvo al centro de acogida nocturno"

Bilbao

Inass Rahmouni llegó a Donostia hace 7 meses. Llegó con su familia, sus padres y sus cuatro hermanos pero, las dificultades en las relaciones y los problemas para hacerse con una vivienda, la avocaron a Hotzaldi. Es el Centro de Acogida Nocturna para personas en situación de exclusión social y residencial donde, además de poder descansar, las personas usuarias ven cubiertas sus necesidades de manutención, higiene y lavandería, coordinado por profesionales en intervención social.

El centro tiene un total de 30 plazas, en este momento todas cubiertas. Inass y otras tres mujeres comparten las instalaciones con otros 26 hombres, aunque duermen es un espacio separado. Todas ellas son personas migrantes cuya edad media ronda los 24 años, personas sin hogar que, si no fuera por Hotzaldi, dormirían en la calle.

Abre sus puertas todos los días a las nueve de la noche. Allí, cada usuario cuenta con su cama, donde puede descansar. También se les ofrece cena y desayuno. Pasan la noche en un lugar caliente y, cuando llegan las nueve de la mañana, deben abandonar el centro. Es a partir de entonces cuando cada uno debe llenar su día.

Inass lo tiene claro. A sus 19 años, quiere aprovechar todas las oportunidades que le brinde la vida. "En Marruecos teníamos muchas dificultades y prefiero vivir aquí", ha explicado en A vivir que son dos días Euskadi. Ha estudiado Logística y se organiza para poder acudir a la Escuela para Personas Adultas y a la biblioteca para seguir estudiando.

"Cada caso es diferente", explica Markel Larruskain, trabajador de Hotzaldi. Tiene tan solo 22 años y lleva seis meses en el centro. Él se encarga de velar por que la noche transcurra sin problemas. "Hay una lista de espera de entre 600 y 700 personas para entrar aquí", ha explicado. Todas ellas deben pasar primero por Bidelagun, el programa de acompañamiento en la calle y servicio de acogida.

Para dar a conocer la realidad que viven muchos jóvenes en situación de vulnerabilidad, han organizado una cena solidaria para el próximo 23 de octubre, una noche de reflexión donde compartir experiencias reales que contará con el humor de Mikel Bermejo, la música en directo de la banda de Fito y un menú internacional preparado por estudiantes del Basque Culinary Center. El dinero recaudado irá destinado a programas de Cáritas Gipuzkoa que trabajan con juventud en riesgo de exclusión apoyando su integración, formación y desarrollo personal.