Pradales pide un nuevo marco político para Euskadi con más capacidades y una bilateralidad real
El Lehendakari insta a dar un salto cualitativo en el autogobierno vasco y reclama al Gobierno de Sánchez cumplir las transferencias pendientes del Estatuto de Gernika

Pradales pide un nuevo marco político para Euskadi con más capacidades y una bilateralidad real
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Bilbao
El Lehendakari, Imanol Pradales, ha llamado a dar un salto cualitativo para que Euskadi se dote de un nuevo marco que le otorgue más capacidades políticas y garantice un modelo de bilateralidad efectiva y un sistema de garantías imparcial.
En el 46 aniversario del Estatuto de Gernika, Pradales ha publicado en redes sociales un artículo en el que afirma que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tiene la oportunidad de saldar la "deuda histórica" de materializar todas las trasferencias pendientes.
"Es imprescindible dotarnos de una nueva estructura normativa que impida decisiones unilaterales que, como hasta ahora, erosionen o limiten el Autogobierno alcanzado. Es hora de volver a citarnos con la historia y renovar nuestro Pacto político", asevera, para añadir que el Estatuto de Gernika apunta varias materias y competencias que "requieren de una actualización, y necesitamos nuevas para seguir construyendo nuestro futuro".
Según recuerda, la vía está recogida en la Disposición Adicional del Estatuto de Gernika de 1979, que reza: "La aceptación del régimen de autonomía que se establece en el presente Estatuto no implica renuncia del Pueblo Vasco a los derechos que, como tal, le hubieran podido corresponder en virtud de su historia, que podrán ser actualizados de acuerdo con lo que establezca el ordenamiento jurídico".
Para el jefe del ejecutivo vasco, esta Disposición es un "auténtico pacto político y, al mismo tiempo, una cláusula de salvaguarda jurídica, que implica el reconocimiento del Autogobierno como un derecho originario, sin que sea el resultado de ningún tipo de concesión, la cesión de parte de nuestras libertades para posibilitar el encaje coyuntural de Euskadi en el Estado y, por consiguiente, la aceptación por parte de este último del 'hecho diferencial vasco'".
Estos ejes, a su juicio, fundamentan una relación entre iguales, incluida la necesidad de fijar mecanismos que garanticen lo acordado y resuelvan, de manera particular, las legítimas diferencias que pudieran existir en cuanto a su cumplimiento. "Sobre esta base es hora de avanzar hacia un pacto que mejore nuestro Autogobierno. Debemos hacerlo por quienes fueron, por quienes somos y, sobre todo, por quienes vendrán", asevera.
Sin cumplir el Estatuto
Después de 46 año de la aprobación del Estatuto de Gernika, lamenta que este siga sin cumplirse en su integridad y que ha sido "continuamente erosionado por decisiones tomadas en Madrid". "Esta es la realidad que debemos gestionar, y lo estamos haciendo", afirma.
En este sentido, subraya que este último año se ha cerrado el traspaso de diez nuevas competencias, y el Gobierno del Estado tiene sobre la mesa la propuesta vasca para el acuerdo en todas las materias pendientes.
"Nos encontramos en el momento de dar el paso definitivo. El Gobierno del presidente Sánchez tiene ante sí la oportunidad de saldar la deuda histórica y cumplir el compromiso adquirido ante el Pueblo Vasco: cerrar este año, de manera definitiva, la carpeta del Estatuto de Gernika. La oportunidad de cumplir lo que todos sus predecesores no hicieron", advierte.
Sobre la base y el valor del Estatuto de Gernika, y el aprendizaje adquirido en el desarrollo del Autogobierno vasco, el Lehendakari considera que Euskadi debe emprender una "nueva etapa" en su camino, asumiendo la misma visión de futuro que mostraron quienes alumbraron el texto de 1979.
Por eso, indica que, pasados 46 años, se debe dar un nuevo salto "cualitativo" porque la sociedad vasca es hoy "muy distinta, afronta nuevos retos, y no es posible enfrentar realidades del siglo XXI con herramientas del siglo XX, ya que lastra nuestro progreso y nos impide crecer como país y en bienestar".
En su opinión, hoy Euskadi necesita dotarse de nuevas capacidades políticas que ayuden a encarar nuevos desafíos como, por ejemplo, la migración, a afrontar "con todas las garantías la transformación industrial y tecnológica; a asumir de manera íntegra, respetando el principio de unidad jurisdiccional, la competencia judicial; y a garantizar el desarrollo nacional de Euskadi, o a participar directamente en las instituciones de la Unión Europea".
Autogobierno
En sus palabras, el Estatuto "ha sido clave a la hora de desarrollar el Autogobierno vasco, y explica nuestro actual nivel de bienestar, pero tan cierto como esto es que hablamos de un compromiso político de mínimos".
"Hace 46 años, --recuerda-- el Estatuto supuso el ejercicio de posibilismo de un pueblo que aspiraba a mayores niveles de Autogobierno, pero que, también, era muy consciente de la necesidad de contribuir a la estabilidad democrática del Estado. En aquel momento primaron la generosidad, la responsabilidad y el espíritu de Pacto".
En este punto, remarca que la aprobación del Estatuto se hizo en un momento de "máxima incertidumbre e inestabilidad, en medio de una grave crisis económica e industrial, con el terrorismo golpeando con mayor fuerza que nunca (115 personas asesinadas aquel año), y con amenazas reales contra la incipiente y frágil democracia".
Según recuerda, Euskadi amanecía tras 40 años de "represión, aislamiento, persecución y destrucción, dejando atrás una larga y oscura dictadura para saludar al nuevo día con una enorme ilusión por lo que estaba por venir: nada más y nada menos que el comienzo de la recuperación del autogobierno y la reconstrucción de nuestro país, que se encontraba en ruinas".
El día de la votación, 1.565.541 vascas y vascos estaban llamados a las urnas, de los que acudieron 921.436, un 58,8% del total, y un 90,2% dio su voto favorable, en contra de los postulados de los "dos polos de la derecha española y la izquierda vasca más extrema", tal como apunta.
"La izquierda abertzale --destaca-- promulgó la abstención, combatieron contra el Estatuto de Gernika y lo calificaron como 'abrazo a la Moncloa' o 'fantasma de polvo y pajas'. Son quienes hoy continúan minusvalorándolo, declarando que no responde a la 'realidad institucional, social y territorial' de Euskadi".
En este sentido, apunta que la mayoría de los vascos llamados a las urnas aquel día respaldaron el Estatuto de Gernika, de forma que Álava, Gipuzkoa y Bizkaia decidieron constituirse en una Comunidad Autónoma dentro del Estado español bajo la denominación de Euskadi o País Vasco, "un Pacto entre vascos y de vascos con el Estado, de gran altura política que contribuyó a dar un salto cualitativo de la dictadura a la democracia; de la uniformización y el centralismo al autogobierno". Aquel texto, en su opinión, mostró una "gran visión de futuro".

Nerea Rodríguez Iñarra
Soy periodista por la UPV/EHU con mención en Dirección de Comunicación y Máster en Comunicación Multimedia...




