El Gobierno vasco ofrece al Obispado dos locales en Salburua para reubicar los belenes y desbloquear el Memorial del 3 de marzo

Vitoria-Gasteiz

El Gobierno vasco da otro paso para intentar desbloquear la reforma de la iglesia de San Francisco de Asís de Vitoria y poder convertir el templo en el Memorial que recordará a los cinco trabajadores asesinados en la masacre policial del 3 de marzo de 1976. El Ejecutivo ha ofrecido al Obispado dos locales en Salburua para poder acoger la colección de belenes que ocupan el interior del templo y cuyo traslado exige para que puedan iniciarse las obras.

A poco más de 4 meses del 50 aniversario de la matanza del 3 de marzo, el Gobierno vasco ha movido ficha para tratar de desbloquear las obras de reforma de la Iglesia de san Francisco, donde se ubicará el futuro Memorial y que están paralizadas hasta que se encuentre una ubicación a la colección de belenes que se encuentra en el interior del templo.

Según ha sabido SER Vitoria, el departamento de Justicia y Derechos Humanos del Gobierno vasco envió ayer lunes una comunicación al Obispado de Vitoria, ofertando dos locales que la sociedad pública VISESA tiene en el barrio de Salburua. Se trata de dos locales contiguos, con una superficie en torno a los 300 metros cuadrados, con capacidad para acoger la colección donada en su día por la familia Sánchez Iñigo, integrada por 18 belenes grandes, además de uno monumental de 160 metros cuadrados de superficie.

El Gobierno vasco trata así de responder a un compromiso "no escrito" entre la Fundación propietaria de los Belenes (en la que están, entre otros, el Obispado además de la familia Sánchez Iñigo) y la anterior consejería, en manos del PNV. El Ejecutivo autonómico entonces se ofreció a buscar un espacio alternativo para no sólo guardar, sino también poder exponer los belenes.

Con anterioridad ya se rechazó, al menos, una ubicación. El Gobierno vasco ha señalado en más de una ocasión que esta será su ultima oferta. La intención del departamento que dirige María Jesús San José es poder reabrir la Iglesia de forma simbólica el 3 de marzo del año que viene, cuando se cumplen 50 años de aquellos asesinatos.