332 concejos de Álava preparan sus elecciones, pero solo 55 cuentan con candidaturas

Vitoria-Gasteiz

El próximo 23 de noviembre, los 332 concejos de Álava celebrarán sus elecciones para renovar las juntas administrativas. Se trata de los órganos de gobierno más cercanos a los vecinos. El pasado 21 de octubre, la Diputación Foral de Álava cerró el plazo para presentar candidaturas, confirmando que solo 55 concejos contarán con listas formales, mientras que en los 279 restantes no se ha presentado ningún candidato. En esos casos, todos los vecinos mayores de edad y empadronados en el concejo serán elegibles, en un sistema abierto y profundamente participativo.

“En Álava contamos con 332 concejos, que son entidades locales con personalidad jurídica propia y amplias competencias”, ha indicado Julen Ibarrola, vicepresidente de la Asociación de Concejos de Álava (ACOA). “Se trata de una forma de autogobierno vecinal única, con siglos de vigencia, porque funcionan de manera completamente participativa: las decisiones se toman en asamblea, y cualquier vecino puede intervenir y votar qué se hace y qué no”.

Responsabilidades

En cuanto a las competencias con las que cuentan, los concejos son responsables de la gestión cotidiana de los pueblos, "desde el mantenimiento de caminos, cunetas, fuentes o alumbrado público, hasta la limpieza de calles, cuidado de cementerios y mantenimiento de bocas de incendio", son algunas de las responsabilidades con las que cuentan como remarca Ibarrola. Pero no las únicas, ya que también se ocupan de la gestión del agua y el saneamiento, de las zonas de pasto y los cotos de caza, de la organización de las fiestas locales y de los centros sociales, auténtico corazón de la vida comunitaria, y en algunos casos, incluso administran viviendas de protección oficial o bienes comunales.

“Podemos decir que somos una entidad local singular y digna de preservar”, ha destacado el vicepresidente de ACOA. “Gestionamos recursos que pertenecen al pueblo y tomamos decisiones de manera directa, basadas en el auzolan, en el trabajo comunitario. Eso nos diferencia de otras provincias como Bizkaia o Gipuzkoa, donde no cuentas con estas juntas administrativas".

Cambios en la normativa

El sistema concejil, vigente desde hace siglos, se regula actualmente por una norma aprobada en 1995, cuya actualización está en marcha. “Ha sido una herramienta válida, pero hay cosas que han quedado obsoletas. El cambio debe servir para reforzar la figura de los concejos y asegurar su continuidad en el tiempo”, ha destacado Ibarrola. Entre las novedades previstas, destaca que en los próximos procesos electorales, aunque se presenten candidaturas, "todos los vecinos podrán seguir siendo elegibles, y se incorporará la posibilidad de presentar mociones de censura contra las juntas administrativas que no cumplan adecuadamente sus funciones".

En esta convocatoria, la participación varía según los pueblos. En Dulantzi, por ejemplo, se han presentado 13 candidatos, y en Nanclares de la Oca, 20. Las candidaturas son individuales, no de partido, y la junta electoral las agrupará en listas abiertas ordenadas alfabéticamente. En Dulantzi, además, todos los aspirantes son hombres, y se da la curiosa circunstancia de que dos parejas de hermanos comparten candidatura, algo que también ocurre en Azazeta, Ibarguren, Urabain, Etura, Azilu o Fontecha.

La composición de las juntas refleja poco a poco una mayor presencia femenina, aunque, como ha reconocido Ibarrola, “aún no tenemos las cuotas de participación de las mujeres que sí se exigen en otras instituciones. Vamos avanzando poco a poco, y cada vez hay más regidoras y vocales, lo cual es un paso hacia la normalidad”.

Competencias y futuro de los concejos

El vicepresidente también recuerda que los concejos son soberanos dentro de sus competencias, aunque deben coordinarse con los ayuntamientos y con la Diputación Foral de Álava. “Si vamos a reparar el molino o a intervenir cerca del río, debemos cumplir con las normas urbanísticas municipales o las de patrimonio o medio ambiente que marquen otras instituciones, pero en nuestro ámbito de actuación, tenemos plena autonomía”, afirma.

No todos los concejos atraviesan la misma situación. Algunos, como Guinea, han decidido disolverse, mientras que otros, como Ibarguren, han vivido conflictos de convivencia que dificultan su funcionamiento. “En Guinea se tomó la decisión con una amplia mayoría y los bienes concejiles han pasado a ser gestionados por el ayuntamiento, aunque es un proceso reversible”, ha destacado Ibarrola. “En otros lugares el problema no es institucional, sino de relaciones personales entre vecinos”.

La despoblación es, sin embargo, el mayor desafío. “Hay concejos con cuatro o siete empadronados, como Castillo de Oña o Badaia. Si falla uno solo, no hay suficiente gente para formar la junta administrativa”, ha advertido el vicepresidente de ACOA.

Pese a todo, Ibarrola confía en que la cita electoral del 23 de noviembre vuelva a demostrar la fortaleza de este modelo de autogobierno vecinal, único en Euskadi y ejemplo de democracia directa. “El futuro de los concejos depende de los propios vecinos. Mientras haya quien quiera participar, los concejos seguirán vivos”.