¿Cobran nuestros alcaldes más de lo que deberían?
En opinión del sociólogo de la EHU Arkaitz Fullaondo, la diferencia entre algunos sueldos de alcaldes con sus vecinos es percibido como un agravio comparativo

Arkaitz Fullaondo, sociólogo de la EHU
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Bilbao
El caso del alcalde de Sestao haciendo pública su nómina para desmentir un bulo ha vuelto a poner el foco en los sueldos de los primeros ediles vascos. Cada ayuntamiento es libre de establecer los salarios de sus alcaldes y las nóminas son públicas gracias a la Ley de Transparencia. Son sueldos altos que muchas veces no casan con lo que ganan sus vecinos y que son percibidos por algunos como un agravio comparativo.
Los sueldos más altos, las tres capitales
Mirando primero a las capitales, el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, con 108.000 euros brutos este año, sigue siendo el mejor pagado de Euskadi. De hecho, se sitúa en el top tres del estado, tan sólo superado por Madrid y Barcelona. De cerca le siguen el recién nombrado alcalde de Donostia, Jon Insausti, con casi 97.000 euros brutos al año y la primera edil de Vitoria, Maider Etxebarria, con 96.000 euros.
Son sueldos muy altos que los partidos justifican por la responsabilidad que conllevan estos puestos pero que pueden no ser demasiado bien vistos por sus vecinos. Es lo que apunta el sociólogo de la EHU Arkaitz Fullaondo, miembro también de Parte Hartuz, especializada en democracia y participación ciudadana.
Fullaondo reconoce que conocer estos salarios puede generar en la población un sentimiento de agravio, especialmente en las localidades más degradadas, donde no existe una correlación entre los sueldos medios de los vecinos y lo que ganan sus alcaldes.
Muchos superan los 60.000 euros, algunos por mucho
En el siguiente escalón encontramos localidades como Getxo, su alcaldesa cobra 91.000 euros, y en torno a los 80.000 se sitúan los alcaldes y alcaldesas de localidades como Amorebieta, Barakaldo, Portugalete o Durango con unos 78.000 euros brutos al año, un poco más que el primer edil de Zarautz que se queda en 77.000 euros.
Un poco más abajo los alcaldes de Llodio, con unos 73.000 euros o Irún cuyo salario ronda los 71.000 euros brutos al año, lo mismo que el alcalde de Eibar.
Y por encima también de los 60.000 euros al año se sitúan los alcaldes de municipios como Sestao, Bermeo o Balmaseda que pagan a sus alcaldes en torno a los 65.000 euros brutos y en 60.000 euros anuales se fijó el salario el alcalde de Hondarribia al llegar al cargo, publicitando que lo rebajaba en un 20% respecto de su predecesor.
Sueldos todos ellos públicos, obligados por la Ley de Transparencia, tal y como recuerda el sociólogo Arkaitz Fullaondo, subrayando que, en la mayoría de los casos, la iniciativa de publicarlos no ha surgido de los propios partidos, conscientes de que existe ya un descrédito hacia la política que estos datos no contribuyen a eliminar.
En ese sentido, Fullaondo señala también que las recomendaciones establecidas por Eudel, orientando horquillas de sueldos de alcaldes en base al número de habitantes de los municipios, recomiendan en general salarios altos, incluso para municipios más pequeños, que han generado debate.
También hay quien no cobra
Por debajo de los 60.000 euros encontramos municipios como Zumaia e Iruña de Oca, con sueldos en torno a los 57.000 euros anuales y un poco por debajo, con 55.000 encontramos al alcalde de Hernani mientras que si descendemos progresivamente hasta los 50.000 euros hallamos municipios como Galdakao, Pasaia, Lasarte, Andoain y Errenteria que cierra el listado en el límite.
Por debajo de los 50.000 euros se encuentran ya los sueldos de pueblos más pequeños como Karrantza, cuyo alcalde cobra 47.000 euros al año, Lemoa que se sitúa en torno a los 42.000 euros y algo menos el alcalde de Zeberio.
Pero hay que tener en cuenta también, en cualquier caso, que estamos hablando sólo de alcaldes con dedicación exclusiva. Hay muchos primeros ediles de pueblos pequeños que trabajan por sus vecinos a tiempo parcial cobrando muy poco o incluso algunos por amor al arte, sin recibir ningún salario por su dedicación.




