La lucha de una ama contra los peligros de las pantallas y los videojuegos como Roblox
La experiencia de su hijo de 9 años la llevó a pedir una educación digital más consciente y adaptada a la infancia que lleva más de 2.000 firmas en change.org

Cristina, la madre que lucha desde Bizkaia por una alfabetización digital contra los peligros de una plataforma de videojuegos
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Bilbao
La lucha de una ama de Bizkaia contra los peligros de las plataformas digitales para los menores, y en concreto contra el popular videojuego Roblox, ha reabierto el debate sobre el uso de las pantallas y los dispositivos electrónicos en los menores de edad, sobre todo, en los más pequeños. Juegos, aplicaciones, a los que muchos niños y niñas pueden acceder a través del teléfono móvil y en los que pueden quedar expuestos a ser contactados por adultos con fines sexuales según la fiscal delegada de criminalidad informática, Arantxa López Martín.
Cristina Jiménez es la madre de un niño de 9 años que ha iniciado una campaña en la plataforma Change.org en la que pide al Gobierno Vasco y al Ministerio de Educación la implantación de una alfabetización digital crítica en la educación primaria, con el objetivo de enseñar a los menores a usar la tecnología de forma segura y responsable. La propia Cristina comenzó esta campaña cuando vio cómo su hijo quedaba "atrapado” por la dinámica del videojuego y sufría un fuerte impacto emocional al retirarle el acceso. “Era devastador. Veíamos que no podía controlar la frustración y que se quedaba enganchado. Decidimos eliminar el juego, pero entonces se quedaba fuera del grupo de sus amigos. Tenemos que encontrar un equilibrio”, ha explicado Jiménez en 'Hoy por Hoy Bilbao-Bizkaia'.
La campaña que ha superado ya las 2.000 firmas no pretende "prohibir" sino "instar" a que los menores aprendan a usar las herramientas digitales con criterio. En este sentido, el movimiento Altxaburua, una red de familias vascas que promueve un uso saludable y consciente de la tecnología, acaba de publicar una guía llamada “Doitu”, disponible en euskera y castellano, que propone "ajustar la digitalización educativa a los ritmos y necesidades de la infancia", y "prevenir riesgos antes de introducir los dispositivos". Lo cierto es que todas estas iniciativas, la de Jiménez o Altxaburua tiene un trasfondo, los padres y madres pueden retrasar el uso de pantallas, pero en las escuelas... no. Por eso, los progenitores piden que se replantee el modelo, que se cree un marco común de salud y evidencia científica. “Nos encontramos con chavales que dedican más de 70 horas semanales al móvil. Llegan con una adicción cristalizada, y el proceso de desenganche requiere un reaprendizaje emocional”, ha arguememtado el psicólogo Alberto Blanquez, del Colegio Oficial de Psicología de Bizkaia.
Por eso, desde su centro han desarrollado herramientas de alfabetización emocional gamificada, es decir, pequeños juegos y cuestionarios digitales que ayudan al alumnado a identificar su estado emocional y a aprender sobre sí mismos. “No se trata de demonizar la tecnología, sino de enseñar a usarla con inteligencia y equilibrio”, ha añadido Blanquez.
Regulación desigual
El debate llega en un momento en el que todos los colegios de Euskadi regulan ya el uso de dispositivos electrónicos. La medida, impulsada por el Departamento de Educación en 2024, ha generado diferentes modelos según la etapa educativa. En Primaria, el 85% de los centros prohíbe de forma absoluta el uso de móviles y relojes inteligentes, y solo un 15% los permite con fines pedagógicos. En Secundaria, la mitad de los institutos autoriza su uso educativo, mientras que en Bachillerato uno de cada cuatro mantiene la prohibición total y seis de cada diez lo permiten bajo supervisión docente. En Formación Profesional, siete de cada diez centros admiten los dispositivos exclusivamente con fines pedagógicos.




